1. Mío, un fin de semana... 2


    Fecha: 29/03/2020, Categorías: Sexo con Maduras Autor: NenaJoven, Fuente: SexoSinTabues

    ... movimiento circular de mis caderas “Soy tuyo, lo sé, siempre lo he sido” y reconoces que soy una maestra aplicando venganzas. Cuando sientes tu verga de nuevo dentro de mi culito no puedes evitar soltar un sonoro gemido de satisfacción multiplicado con creces cuando dirijo tus manos a mis caderas. El movimiento circular es fantástico, maravilloso, no hay nada comparable. Tu crecida excitación, tus locos deseos de llevar tus manos hasta mi botoncito son aplacadas por tu cada vez más menguada fuerza de voluntad, pero hoy, tu voluntad es mía. Es un justo pago por tu descontrol de ayer. Disfrutas de cada segundo de mis movimientos, y miras mis ojos, preguntándome con la mirada si puedo besar tus labios. Mis labios buscando los tuyos con desesperación son la mejor respuesta. Te deseo tanto que no te doy tregua te devoro a mi gusto, controlo el ritmo de nuestros besos, cortos, largos, intensos, más suaves, entrecortados por la excitación me aferro a ti, como tu verga lo hace a mi culito. Adoras mis besos, eres totalmente adicto a ellos y te encantan todos y cada uno de los besos que te doy y sientes que a cada beso tu enamoramiento por mi crece un poquito más. Mis sensuales movimientos te están llevando al delirio, tu verga se funde dentro de mí, de mi apretado culito. Lo sé no puedes aguantar mucho más. Llevo tus dedos a mi rajita que se encargan de acercarme a ese orgasmo. Cuando no resisto más como siempre en sincronía perfecta tu leche sale disparada a mi ...
    ... interior, calentando mi culito y mis jugos te empapan por completo a ti también y a mí. En ningún momento he dejado de besarte, mis manos aprisionan tu rostro y mi boca la tuya Las contracciones de mi vagina contagian a mi culito y eyaculas en mi interior de forma escandalosa en el mismo segundo que sientes el calor de mis jugos empapándote. Nuestras bocas siguen pegadas, al igual que nuestros cuerpos. Siento la potencia de los latidos de mi corazón, al igual que tientes los del mío. Tras las potentes pulsaciones eyaculatorias tu verga continua erecta dentro de mi culito, pero sientes como poco a poco empieza a perder dureza. No puedes resistirlo y asumirás tu castigo, pero me rodeo con tus brazos abrazándome con fuerza, abarcando con tus manos la amplitud de mi espalda, acariciándola con suavidad con la yema de tus dedos y apretándome contra mí. Esta vez me susurras en el oído "no sabes cuantísimo te quiero". "Sí que lo sé, no más de lo que yo te quiero" digo en una risita. Tu miembro termina de abandonar mi agujerito, ambos todavía jadeantes, me doy la vuelta y me acomodo entre tus piernas. Tu pecho contra mi espalda y tus brazos rodean mi cuerpo, como si me fuese a escapar. Aparto mi cabello y volteo para besarte de una manera más calmada rozándonos sin ninguna otra intensión que la de sentirnos. La explosividad de nuestra mañana se ve interrumpida por el sonido de nuestras panzas pidiendo comida. Reímos y jugueteamos un rato en la cama, pero se delata el hambre. 
«12...4567»