1. Cosas de casa


    Fecha: 25/03/2020, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... tierra. La mujer que todo hombre quisiera amar, además de...
    
    José, bajó la cabeza y se calló.
    
    Sandy, era mujer, y a toda mujer le gusta que le den cera, por eso le preguntó:
    
    -¿Además de qué?
    
    -Si te lo digo igual te enfadas.
    
    -Contigo nunca me enfadaría. ¿Además de qué?
    
    -Además de ser escandalosamente sensual.
    
    -¿Por qué dices eso?
    
    -No te va a gustar lo que te diga.
    
    -Deja que sea yo la que lo juzgue.
    
    -Por tus grandes tetas, tu fina cintura, tus grandes caderas, tu precioso culo, tus labios carnosos, tus largas piernas, porque eres...
    
    José, se volvió a callar.
    
    -Acaba.
    
    -Ahora sí que te vas a enfadar.
    
    -Suéltalo.
    
    -Por qué eres un polvazo con patas.
    
    -Algo fuerte pero halagador.
    
    -Será halagador pero nunca te tendré.
    
    -Déjate de tonterías, José. Si me quieres tener no tienes más que cerrar los ojos y tirar una paja. En tus pensamientos seré tuya y te sabré a lo que tú quieras.
    
    -Jamás me masturbaría pensando en ti. Lo que siento es algo puro.
    
    -Ahora va a resultar que no quieres follar al polvazo con patas.
    
    -Claro que quiero.
    
    -Entonces calla. No hay pureza en follar con la mujer de tu padre.
    
    -Puede que no, pero te quiero tanto que por ti mataría, robaría, me humillaría...
    
    -No puedes seguir en ese error, cariño.
    
    -No es un error, es amor.
    
    -¿Con cuántas chicas te has acostado antes de fijarte en mí?
    
    -Con muchas, pero las seis últimas te estaba follando a ti mientras las follaba a ellas.
    
    Sandy, ...
    ... cedió.
    
    -Hay que acabar con esa obsesión. Voy a dejar la puerta de mi habitación abierta. Ven y hazme lo que quieras. Verás como cualquiera de las jovencitas con la que te has acostado vale cien veces más que yo. Me voy para cama. Ven dentro de media hora.
    
    Sandy llegó a su habitación. Encendió la lámpara que había sobre la mesita. Delante de un gran espejo se quitó los zapatos marrones con tacón alto, el traje marrón, la blusa blanca, y quedo cubierta con una lencería fina de color blanco. Se metió en cama por encima de la ropa. De lado, se miró al espejo. Levantó un brazo y vio el vello de su sobaco. (Tenía vello en los sobacos y en el coño porque era algo que excitaba a su marido) A su cabeza vinieron las palabras de su hijastro: "Eres mi Afrodita". Mirándose al espejo, se tocó las tetas por encima del sujetador. Le gustaba lo que estaba viendo. Bajó una mano y acarició el coño por encima de las bragas. Después se quitó el sujetador y acarició las grandes tetas y los pezones. Se llevó las tetas a la boca. Lamió areolas y pezones. Por primera vez en su vida no se masturbaba pensando en alguien, se estaba masturbando viendo cómo se masturbaba. Se quitó el liguero y las medias. Metió una mano dentro de las bragas y acarició su clítoris, los labios, y comenzó a hacerse un dedo... Al ratito se quitó las bragas y se sentó en la cama. En el espejo vio su coño abierto y mojado. Volvió a jugar con sus tetas. Luego metió dos dedos y durante un rato estuvo viendo en el espejo como sus dedos ...
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