1. Cosas de casa


    Fecha: 25/03/2020, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... Mi coño se abría y se cerraba. Necesitaba algo dentro, una polla, unos dedos... Me tuve que aguantar las ganas de masturbarme y de correrme en aquella boca abierta que aullaba de placer
    
    Al acabar de correrse la besé con mis labios mojados de su jugo. Los lamió, me besó, y me dijo:
    
    -"Gracias, cuñada. Te debo dos".
    
    Se vistió, se fue, y yo me metí en la ducha. Allí, con su recuerdo, la alcachofa y mis dedos, tuve uno de los mejores orgasmos de mi vida. ¿Crees que hice mal, Rosendo? Mejor yo que otra u otro, ¿no?
    
    Rosendo, tapando con una mano el empalme que tenía, le dijo a su hijastra:
    
    -¿Desde cuándo tienes ganas de liarte conmigo, Elisa?
    
    -Eres bueno.
    
    -¿Desde cuándo tienes interés en practicar sexo anal?
    
    -Eres buenísimo. ¿Pides una pizza familiar mientras me doy un baño?
    
    -Mientras te das un baño y te haces una paja.
    
    -¿Tú qué eres, un psicólogo, un mentalista, un vidente, o un puto adivino?
    
    -Habla bien. Y deja de follar con tu cuñada que esas cosas se saben cómo empiezan pero no se sabe cómo terminan.
    
    -Es muy guapa, pero no me voy a enamorar de ella.
    
    -Eso nunca se sabe y menos si ella se enamora de ti. No debías volver a liarte con ella.
    
    -No te prometo nada. La idea de que me coma el coño ella a mí no me desagrada en absoluto.
    
    -No es que te desagrade, es que te quedaste con ganas de que lo hiciera.
    
    -¡Puto mentalista! ¿Qué vamos a cenar?
    
    -¡Te dije que hablaras bien! ¿La pizza con pimientos y anchoas?
    
    -Sí, y saca ese vino que ...
    ... tienes guardado para las grandes ocasiones.
    
    -¿Adega do Moucho o El Canto del Mirlo?
    
    -El que sea mejor.
    
    Rosendo acabó con las esperanzas de aventura de su hijastra.
    
    -¡Agua es lo que vas a beber!
    
    Viernes - 7 de Julio de 2017 - 10.20. P.M - The George Inn. Londres.
    
    -... Este pub, antiguamente, fue una posada para diligencias. Cuando ya era una cafetería estuvo aquí Charles Dickens. Lo menciona en la novela La Pequeña Dorrit.
    
    Sandy, la madrastra de José, esposa de Rosendo y madre de Lisa, era inglesa de nacimiento, tenía 42 años, y era rubia, de ojos azules, alta y delgada, estaba en el restaurante del George Inn, dándole una lección a su hijastro, un joven muy alto, moreno, con cuerpo de gimnasio, que la miraba a los ojos y se perdía en lo profundo de sus azules pupilas.
    
    -Tengo que decirte algo, Sandy.
    
    -No hace falta, lo sé. Hay cosas que una mujer percibe, en las miradas, en los silencios.
    
    -¿Y qué quieres que haga?
    
    -Disfrutar de este fin de semana que te pagó tu padre por tus buenas notas de selectividad.
    
    -Nunca estarás en mis brazos, ¿verdad? Nunca sabré a que saben tus labios, tus senos, tu sexo. Nunca sabré el sabor que tiene un sueño.
    
    -Una mujer de 42 años no puede ser el sueño de un joven de 18, si acaso podría ser su pesadilla.
    
    -¿Pesadilla? Eres mi Afrodita.
    
    -¡Vaya tontería! Afrodita era la diosa griega de la belleza y del amor, y mi belleza ya no es lo que fue.
    
    -Fuiste, eres y serás la mujer más bella que Dios puso sobre la ...
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