En el convento parte 1 - Relatos Eróticos

En el convento parte 1

Eran las 9 de la mañana, el sol estaba en su punto, ni muy caliente ni nada por el estilo, estaba fresco, cuando voy llegando, al centro de monjas al cual fui como asesor, cuando entro a dicho convento me encuentro con un par de monjas muy atractivas, pero la que más me llamo la atención fue una monja de piel morena, con unos labios, una mirada y un cuerpo que no tiene nada que envidiarle a una modelo, apenas la veo me invaden unos pensamientos del tipo pecaminoso, es entonces cuando entro en cintura y me digo ¿qué hago?, soy un sacerdote hecho y derecho esos pensamiento no deben volver a mí, pero a nadie le niego que por más que me negara a esos pensamientos, mas volvían a mi mente, y a la final ¡quien soy yo!, para negarlos si desde que entre al sacerdocio, me he tirado a unas que otras monjitas, ya que pues la soledad y el acompañamiento de estas monjitas ase pecar al más santo de todos, y aunque masturbarme ayude no siempre será fiel y satisfactorio como el estar con unas monjitas, que todo el mundo las ve con esa carita de yo no fui, pero por dentro son todas unas putitas, unas zorritas bien cachondas, pensar así me recuerda a mi monagilla, que esta en mi iglesia, una monjita de armas tomar, que cuando entra en calentura no hay quien la pare, y confieso que pues hasta he pensado en abandonar el sacerdocio para volverme prostituto puesto que me encanta el sexo y sé que soy hipócrita por decir que amo a dios y pues que esto y aquello pero, ante la necesidad pues que se ...

... hace, para no salirnos del tema vuelvo a mi relato, como decía esa morenaza me enloqueció desde que la vi, y apenas la vi me dije esa tiene que ser mía, por tal motivo busque acercarme a esa monjita, llegue me presente lo que siempre se hace con una persona cuando conoce a otra,

• yo …. hola soy camilo y tu…

• ella: hola padre me llamo Isabela gusto en conocerle

• yo:: me podrías mostrar el lugar, así lo voy conociendo, y de paso voy conociéndote a ti si gustas

• ella: ¡claro padre con mucho gusto le voy a enseñar cada lugar de este convento se que más adelante le va a servir de mucho sígame!

luego de ese recorrido me pude percatar que ella no es como cualquier monjita, sentí que en el fondo ella es como cualquier monjita que a falta de hombre juega con otras monjitas, y pues la carne es débil y hay que entenderlas, luego del recorrido vamos a la cocina a tomarnos algo, para el calor ustedes saben, como es eso jeje…..

estando en la cocina ella sube en una repisa buscando azúcar y como no encuentra decide pedirme el favor de que agarre la silla que se subirá y no quiere caerse entonces allí es donde aprovecho y veo la oportunidad de hacer mi movimiento, al subir ella a la silla, yo le agarro la cola o parte de ella es decir la nalga derecha y como esta no se inmuta a esto, decido aumentar el jugueteo, empiezo a subir mis manos por debajo del vestido hasta llegar a su interior y noto que ella casi se cae cuando la toco por debajo del vestido, al sentir esto, ella ...