1. ¡Qúe primita!


    Fecha: 20/03/2020, Categorías: Gays Autor: Ricardo Diaz, Fuente: CuentoRelatos

    Cecilia se levantó tarde esa mañana, después de una noche inquieta. Se bañó y perfumó. Se puso unas pantaletas que se ajustaban al entorno del bulto de su sexo y a las nalgas apretadas, que aun lucían suaves y frescas. Descartó el brassiere pues prefería andar con los senos libres cuando estaba en casa. Se puso una bata de seda que amarró ligeramente a su cintura y bajó a preparar el desayuno para ella y su primo Hugo, que pasaba sus vacaciones con ellos.
    
    A pesar de que eran cinco los que Vivian en esa casa, Cecilia permanecía por lo general sola, como sucedía ese día, en que estaba solamente ella y su primo en casa.
    
    Fue al salón y ahí estaba su primo, recostado en el sillón leyendo el diario, con el pantalón del pijama y una polera, pues aun no iba a la ducha.
    
    -hola primo.
    
    -hmmmm, hola primita.
    
    Cecilia se dirigió al closet del pasillo a buscar sabanas para cambiar las de su dormitorio, en tanto Hugo se estiró, se levantó a desgano y se dirigió al baño, para lo cual debió pasar por detrás de su prima, no sin antes apreciar su parado trasero que lucía más exquisito que de costumbre. Cecilia se levantó para alcanzar las sabanas que estaban en la parte superior del closet, con lo cual su bata se subió y Hugo pudo apreciar las bien torneadas piernas de su prima y su colosal trasero, que estaba parado mostrando sus dos nalgas sobresaliendo de la cavidad que dejaba la seda de la bata al meterse en las nalgas. Como el pasillo era estrecho, él pasó apretando su cuerpo ...
    ... al de ella, justo en el momento en que Cecilia perdió pie y su trasero se echó hacia atrás, lo que hizo a Hugo irse hacia adelante, quedando pegado a su prima. Para ser más precisos, su bulto delantero quedó metido entre las nalgas de su prima, las que se apretaron a los costados de la entrepiernas de Hugo, haciéndole sentir el delicado roce de la seda de la bata, lo que lo excitó al punto de provocarle una erección de proporciones. Cecilia sintió como el instrumento de su primo se ubicaba entre sus nalgas, se agrandaba y pugnaba por buscar espacio entre sus piernas. Se incorporó sorprendida, lo que provocó que su culo, duro, parado, fresco, se apretara y quedara aprisionando la verga de él, la que ya se asomaba impúdica por la abertura delantera de su pijama.
    
    Cecilia estaba tan sorprendida que se quedó quieta, sin atinar que hacer o decir. La situación era tan increíblemente extraña que no sabía cómo reaccionar. Todo había sucedido de manera casual y ambos estaban en una posición que les sería imposible ignorarlo: ella parada en el pasillo, en bata, y su primo pegado a ella, con su verga que se asomaba por delante de su pijama y se introducía entre sus nalgas.
    
    Cecilia no podía hacerse la desentendida, pues la verga de su primo estaba entre sus piernas, aprisionada por sus nalgas, pero no se atrevía a moverse por temor a enfrentarlo a los ojos. El, por su parte, no sabía qué hacer ni decir, ya que le había puesto su instrumento por entre las nalgas a su prima y no tenía ...
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