1. La salud de Gerardo


    Fecha: 08/03/2020, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Gerardo estaba ansioso en la sala de espera de la clínica de urología, por cuestiones de control preventivo su médico personal por primera vez lo había remitido a un urólogo para que le hicieran un examen de próstata, aunque la sola mención de este examen producía mucha prevención sobre todo por aquello que exigía la penetración por el recto del dedo del urólogo para efectuar el reconocimiento de la pequeña glándula , verificar su tamaño y la ausencia de cualquier tipo de inflamación, para un hombre eso equivalía casi que a perder la virginidad de su culo con la pequeña diferencia que aquí no había himen, esa delgada membrana de la vagina que pusiera en evidencia la pérdida de tan preciado tesoro. Mientras esperaba que lo llamaran recordó que sobre ese tema específico la verdad sea dicha que Gerardo ya había perdido esa virginidad a causa de los remedios caseros de su abuela. Recordaba que era muy niño cuando un pequeño problema del estómago le impedía evacuar y su abuela lo había hecho desnudar y le había metido lo que ella llamaba un “rabo de cebolla” por el culito…para que la penetración del famoso “rabo de cebolla” no le doliera fue acompañada de una adecuada lubricación con aceite de ricino…en ese momento Gerardo supo lo que era tener un elemento exógeno en su culo…la verdad sea dicha no le dolió y si le sirvió para remediar su mal. Años más tarde cuando ya era un joven de unos 13 años Gerardo por ponerse de glotón con unos primos tuvo de nuevo un taponamiento que le ...
    ... impedía evacuar…nuevamente salió la abuela para solventar esa dificultad, esta vez fue colocándole un enema usando una pequeña pera con una cánula que ella usaba para los aseos vaginales …esta vez le tocó probar la bendita cánula…ya no era un elemento flexible como el “rabo de cebolla” sino era un elemento rígido y de un diámetro mucho mayor…la lubricación fue la misma y la bendita cánula entró a su recto creándole una sensación ambigua…por un lado un pequeño escozor pero también una sensación agradable que le llamó la atención…se sintió tan excitado que a los quince días simuló un nuevo caso de indigestión pero esta vez Gerardo escogió una cánula más larga y de mayor diámetro…cuando tuvo esa cánula en sus manos no podía imaginarse como le iba a caber en su culo…sin embargo cuando la abuela le colocó el enema la cánula se metió en lo profundo de su recto…la sensación de ese grueso adminículo en sus entrañas lo lleno de una extraña excitación…terminado el ritual del enema Gerardo empezó a cuestionarse por qué le gustaba que le metieran cosas por su culo…pero vino la adolescencia, las amigas y todas esas relaciones entre jóvenes que los distraen …sin embargo ese deseo latente quedó allí y ahora que estaba en la antesala de un examen que le exigía la penetración de un dedo profesional para evaluar su próstata sintió que antes que miedo tenía una intensa sensación de saber si todavía le sentía gusto a esas penetraciones… Estaba tan abstraído en sus pensamiento que casi no oye el ...
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