1. 39.2 Una noche de piel negra


    Fecha: 01/03/2020, Categorías: Bisexuales Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... esfínter dejando salir su semen, pero no quería manchar la cama más de lo necesario.
    
    -Tenemos que lavarnos, mi negro. –le hizo gracia y volvió a reír mientras tiraba de mi para levantarme.
    
    Era muy tarde y sofocábamos nuestras risas, bastante habían sido nuestros gritos anteriores, jugábamos con el agua y el gel y de repente vio el semen que caía al suelo de mi ano. Me abrazó.
    
    -Qué erótico, mira cómo se me ha levantado. –no se la podía ver porque estaba detrás de mí, giré la cabeza y atrapó mi boca con sus labios mientras metía su verga dura entre mis piernas.
    
    -¿Puedo? ¿Me dejas que te la meta? -apoyé mis manos en la pared y levanté mi culo con las piernas abiertas.
    
    -Soy tuyo, métela. –sin más la dirigió y empezó a empujar, mi recto estaba perfectamente lubricado, con parte de su corrida anterior y entró como un cuchillo en la mantequilla.
    
    Me agaché un poco para que mi culo subiera. Me tenía sujeto por los hombros y tiraba de mí separándome de mi apoyo en la pared, mi cuerpo se curvaba de la fuerza que ejercía y yo tiraba mi culo hacia su pene.
    
    Puso sus manos sobre mis caderas agarrando de ...
    ... ellas y me follaba muy fuerte, comencé a sentir placer y mi polla volvió a erectarse, estaba en una entrega total, como una puta sumisa y él se notaba muy macho bufando detrás de mí, era un momento de éxtasis donde era difícil respirar.
    
    Aumentó la velocidad de sus entradas hasta que se quedó clavado y se vació entero, totalmente dentro de mí y yo eyaculaba con fuerza sobre la pared de donde escurrían los regueros de leche hasta el suelo.
    
    -Te mueves como un bailarín, Daniel me vas a vaciar, quiero tu culo para mí.
    
    Sonreía intentando recuperarme, pero tirando el culo hacia atrás para que no se saliera, cuando sacó su miembro sentí que me picaba el culo, las folladas habían destrozado mi ano.
    
    Me lavó con suavidad y yo lo hice con él, me gustaba ver como brillaba su piel negra con el agua, me recordó a la piel de las ballenas orca por el brillo.
    
    Esta vez no me pidió dormir conmigo, en la puerta me besó al salir.
    
    -Gracias Daniel.
    
    Pasé el resto de la noche durmiendo como nunca, estaba rendido, destrozado y con un leve picor en el ano a pesar de haberme dado la pomada que hace maravillas en él. 
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