1. Bebíamos


    Fecha: 24/02/2020, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mí, y no pudo dar crédito a lo que veía: ¡mi amiga hundía su cabeza entre mis piernas! ¡Lo que ahora sentía era la lengua que jugaba con mi clítoris de una manera que nunca un hombre lo hubiera llegado a hacer! Ya no sentía más que el deleite del placer, me retorcía al percibir la boca de Isabel recorriéndome los labios vaginales, introduciéndome la lengua; y ansiaba corresponderle, compartir lo que estaba sintiendo. Ya empezaba a experimentar un inconfundible hormigueo en todo el cuerpo mientras mi amiga me introducía, desenfrenadamente, dos dedos hasta el fondo de mis entrañas; comenzando a sumergirlos y sacarlos de una manera que me enloquecía. Imaginaba aquella mano empapada con mis fluidos, sin obstáculo ninguno para, de quererlo, penetrar entera. Por suerte frenó un segundo antes de que estallara mi culminación; vi que la cama había quedado completamente revuelta como consecuencia de mis involuntarias contorsiones.
    
    - Ahora te toca a ti - dijo Isabel; y adoptó una posición de rodillas, con la cabeza y los brazos apoyados en la almohada, y las redondas nalgas bien en alto, espléndidas, desde donde se veía surcando hacia abajo la tentadora raja de su sexo.
    
    Hacia allí llevé mi mano, inspeccionando y mojando mis dedos; luego comencé a besarle los muslos, mientras le acariciaba lentamente la abertura, encontrando un clítoris inflamado y empapado. Sin pensarlo, llegué con mi boca hasta allí, rozándolo con la lengua y los labios. Isabel se retorcía de placer. Ayudada por ...
    ... la posición, le introduje un dedo en la vagina lentamente, hasta dejarlo por completo adentro; ya mi mente dejaba de lado cualquier prejuicio. Repté por entre aquellas piernas y comencé a pasarle las manos por los pechos. Isabel gemía sin disimulo ninguno. Abandonó la posición en la que había permanecido, dejándose caer sobre mí mientras nos uníamos en un abrazo, sintiendo ambas el contacto en todo el cuerpo. Nos humedecíamos mutuamente los muslos al refregarnos en un continuo movimiento mientras nuestras bocas se unían en un ir y venir de lenguas.Se me ocurrió interrumpir aquel momento al ocurrírseme una idea. No recordaba nunca haberme excitado de aquella manera. - Ahora vuelvo- dije, levantándome. Sentía una mezcla increíble de sensaciones en la cabeza; tomé un par de botellas que habían quedado vacías en el comedor y volví nuevamente al dormitorio. Allí reencontré la silueta de Isabel desnuda en mi cama revuelta; me provocaba volver a expresar libremente mi libido sobre aquel cuerpo de mujer; me sentía despojada de cualquier pudor, o más bien me encantaba también estar allí parada y desnuda, con nuevos y deliciosos momentos de placer por delante.
    
    - Necesitamos algo que nos penetre - manifesté mostrando las dos botellas que llevaba, una en cada mano -. Y esto es lo mejor que se me pudo ocurrir.
    
    Mi voz no expresaba el menor recato; era evidente lo entregada que estaba a la situación. Isabel sonrió nerviosa; se sorprendía de la transformación de su amiga a quien nunca ...
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