1. Tormenta sexual de verano


    Fecha: 21/02/2020, Categorías: Masturbación Autor: priscilla69, Fuente: CuentoRelatos

    Son las tres de la mañana. Duermo plácidamente, mientras el frescor de las noches de Julio, se cuela a través de las cortinas de mi dormitorio.
    
    De repente, un fuerte resplandor ilumina la estancia y a continuación un estremecedor ruido, hace que tiemble mi alrededor.
    
    Me despierto sobresaltada.
    
    Una tormenta de verano.
    
    ¡Pues vaya! no hace ni cinco minutos que me desperté, y ya noto su influjo en mi cuerpo.
    
    Comienzo a jadear. No sé por qué, las tormentas me ponen cachonda.
    
    Me levanto como puedo, mientras noto como la humedad se apodera de mi sexo. Abandono las sábanas con la huella de mi cuerpo marcada en ellas, aunque entre ellas me siento bien, necesito buscar algo que me haga sentir mejor.
    
    Llevo puesto un sugerente camisón y estoy dispuesta a salir a la calle tal cual voy, tengo las entrañas en pie de guerra, y me veo obligada a darles lo que necesitan.
    
    Cuando estoy a punto de salir por la puerta, la voz de la conciencia transformada en la de mi madre, susurra a mi oído.
    
    —¿A dónde vas así vestida? Ya sé que son las tres de la mañana, pero debes acicalarte. Nunca sabes lo qué te espera a la vuelta de la esquina.
    
    Yo obedezco.
    
    Sé que necesito buena presencia física, si mi objetivo es calmar la sed del cuerpo que habito.
    
    Regreso de nuevo a mi estudio y en cinco minutos, llevo puesto mi mejor vestido. Color crudo, muy ceñido. Marcando mi prominente trasero y sus turgentes caderas.
    
    Salgo a la calle.
    
    —¡Mierda!
    
    Está ...
    ... lloviendo.
    
    —¡Qué más da!
    
    A medida que me dirijo calle abajo, la lluvia empapa mi pelo y se me esparce por todo el cuerpo. Es una agradable sensación, la mezcla de agua fresca que cae del cielo, con la humedad que desprende mi sexo y los poros de la piel.
    
    Las calles están desiertas, y es extraño, pues a pesar de estar rodeada de asfalto, el suelo huele a tierra mojada.
    
    —No sé si habrá sido muy buena idea salir a buscar plan.
    
    De pronto, unos silbidos que provienen del bajo toldo de un bar, que ya cerró sus puertas.
    
    —¡Guapa! ¡Guapa!
    
    Observo y veo la figura de dos personas que a duras penas se mantienen en pie
    
    —Dos borrachos!
    
    Exclamo en voz alta, mientras acelero el paso y les pierdo de vista.
    
    Continuo con mi hazaña, pero veo claro que voy a tener que volver a seguir mojando las sábanas de sexo frustrado.
    
    De repente, la calle nuevamente se ilumina y a continuación, tiembla el asfalto a causa del trueno. Se hace el silencio, pero una voz agradable lo perturba.
    
    —¡Hermosa! ¡Hermosa!
    
    Doy media vuelta y observo una figura masculina, resguardada bajo un paraguas. Nada tiene que ver con los borrachos de antes. A través de mis ojos, nublados por las gotas de lluvia que se han filtrado en ellos, descubro un cuerpo escultural, bien formado, acompañado de un rostro aniñado y amable.
    
    Me hace señas para que me acerque.
    
    —¡Jolín!
    
    A medida que me aproximo, noto una corriente eléctrica, que me atrae más y más a él.
    
    —¡Ufff...! Estas tormentas van a acabar ...
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