1. Paola, la cheerleader colosal


    Fecha: 14/02/2020, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mí, nos mantuvimos los dos quietos con Paola alternativamente lamiéndonos a ambos bolas, culos e instrumentos. Pero ya al sentir la dureza de mi amigo cerca del muslo, me aparté de él enseguida porque ni pienso ser maricón ni me atraen los culos de otros huevones. Paola, por su parte, estaba fascinada teniendo ahora a dos chavos para divertirse y ya sin importarme madre, decidí tomar turnos con mi amigo y seguir así gozando al máximo a la chava. Debo reconocer que Tom tiene una resistencia de orangután, ya que la segunda vez con Paola, lejos de irse cortado luego luego, la estuvo follando y haciendo suya en todas las posiciones imaginables o posibles para un chavo y por cerca de una hora. Yo, recordando que era el anfitrión, aproveché parte de ese rato para ir a la cocina y preparar sandwiches. Cuando regresé a mi cuarto, viendo que Paola se encontraba por el momento libre, aproveché de follármela una vez mas ahora con la chava sentada sobre mis muslos y rodillas. Tom, por su parte, leía de pie, apoyado contra el tocador, la sección de deportes del FDP. Mientras lo hacía, lanzaba en voz alta sus propios comentarios de equipos y jugadores, sin que nadie, por supuesto, le prestara ninguna atención. Al terminar mi turno, bajamos los tres a la cocina y comimos todos con hambre de lobos, teniendo que hacer incluso una segunda serie de sandiwches para Tom y yo. Tom mientras comía, no dejaba de hacerse el payaso y decir las más grandes mentiras a Paola, todo esto claro sólo para ...
    ... impresionarla.La tarde estaba aun bastante calurosa, y Tom que tiene alberca en su casa, nos invitó a refrescarnos en ella. Saltando entonces la valla de división y sin necesidad por ello de vestirnos e ir por el frente, descendimos los tres juntos sobre la yarda de mi amigo. Como tampoco había nadie en su casa, nos mantuvimos así como llegamos, los tres en cuero nadando y payaseando cerca de la alberca. Yo ya no necesitaba mas guerra con Paola por aquel día pero el incansable Tom se la terminó follando una vez mas, ahora cerca de una sombrilla y sobre una silla de playa. Al llegar las 6 de la tarde y como el show aéreo habría ya terminado, nos despedimos de mi amigo y regresamos con Paola a mi casa.
    
    Ella luciendo nuevamente su precioso uniforme de cheerleader me pidió el prometido video. Yo que siempre he sido un chavo con palabra, lo saqué de un cajón y se lo entregué en sus manos, pero no sin antes hacerla prometer que borraría la cinta completa al llegar a casa. Le dije sonriendo a Paola entonces que si quería ver chavos, yo estaba siempre disponible, en vivo y en directo, y sin necesidad del uso de una pinche videocasetera. A pesar que nos despedimos con un prolongado beso, Paola ya no se ha dejado ver. En estas últimas dos semanas, la habré llamado al menos una docena de veces, pero la tonta o no contesta o cuando lo hace dice que no tiene tiempo. Uno se puede morir de ganas por una chavala y a ellas que les importa. Tom, por su parte, me ha invitado a una fiesta este ...