1. SIN FRENO I


    Fecha: 14/02/2020, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... alcoba hasta que la senti jadear silenciosamente, y tras unos ahogados suspiros, se relajo, y nos quedamos dormidos profundamente.
    
    Manuela tenia un novio que dos veces por semana venia a cortejarla. Salian al cine o al baile, y regresaban ya anochecido. Alguna vez les sorprendi abrazados en la penumbra del portal cuando regresaba, y pasaba de largo como si no los hubiera reconocido.
    
    No tarde en darme cuenta de estas coincidencias en los cambios de humor de Manuela. Estos dias de salida con el novio le proporcionaban un talante alegre y dinamico, se volvia mas tolerante, y esto le duraba hasta el dia siguiente, pero luego volvia a ser la persona dominante y exigente que me propinaba tremendas palizas por las cosas mas nimias.
    
    Poco a poco la relacion sexual que habiamos iniciado en el dormitorio, se fue haciendo mas firme, y una noche llegamos a completar el coito. Fue algo realmente maravilloso. Ella me ense_o todo lo que tenia que saber y se aprovecho bien de la inagotable fuente que yo representaba, pues casi estaba en estado de ereccion permanente, pero la otra cara de esta situacion tan placentera, eran los continuos cambios de caracter de ella; tan pronto estabamos haciendo el amor, como descargaba toda su ira y agresibidad dandome soberanas palizas con aquel cinturon de cuero, al que llegue a temer como si fuera la representacion de todas las fuerzas del mal.
    
    Cuando estaba en visperas de tener el periodo, se volvia mas agresiva, y de mi trasero nunca ...
    ... desaparecian las marcas del cruel castigo.
    
    Un dia armado de valor, decidi esconder aquel cinturon diavolico para que no volviera a utilizarlo contra mi, pero no se si fue peor el remedio que la enfermedad, porque esto hizo aumentar su ira, y recurrio a una zapatilla que tenia el piso de suela (asi le llamaban al cuero), y el dolor que me producian los golpes en el trasero desnudo supero con creces al del cinturon. De nada servian mis suplicas ni los manantiales de lagrimas que vertia, hasta que no se calmaba no cesaba de pegarme. Luego a medida que se acercaba la noche ya se iba tornando mas melosa y finalmente perdonaba mi falta, que muchas veces ni yo mismo sabia en que habia consistido.
    
    Ya en la cama, la historia era muy distinta: unos besos, unas caricias, y mi joven naturaleza surgia poderosa haciendome olvidar todo lo que no fuera aquel momento sensual; y asi, haciamos el amor hasta desfallecer, y a la ma_ana siguiente, aun despertaba con ereccion.
    
    Pero los excesos de alguna manera, terminan por pagarse, y asi empece a perder peso y energias, y mis padres, viendo lo flacucho que me estaba quedando, decidieron llevarme al medico para ver que me pasaba.
    
    Yo no quise revelar nunca la causa de mi desgaste, y aun pasando verguenza, les deje en la creencia de que aquello era el producto de un exceso de masturbaciones. Me costo una severa reprimenda y tener que aguantar un monton de consejos moralistas, pero aquello sirvio tambien de advertencia a Manuela, que desde ...