Jocelyn o Roxana, ambas cogen rico, ambas cogen igual - Relatos Eróticos

Jocelyn o Roxana, ambas cogen rico, ambas cogen igual

... compañías que me imagino intentan convencerla para llevarla a la cama. No los culpo, si yo tuviera esa oportunidad también lo intentaría. Tomo un receso, pues ya algunos de los representantes de la compañía se comienzan a despedir y Rivas es el único además de mí que tiene reservada otra habitación. En aquellos últimos apretones de mano me encuentro, cuando se aparece Jocelyn y me dice con su voz coqueta:

- Te invito a la fiesta y me has ignorado…

- ¿Cómo? ¡Todos tus admiradores no me han permitido ni acercarme a dos metros de ti!

- ¡Mis admiradores! –lo dice con una sonrisa.

- ¡Si! Milagro que te han dejado en estos segundos sola.

- ¡Que va! Todos son buenos amigos… ¿Bailamos?

No pude negarme, aunque realmente no lo deseaba, pues el ambiente ya decaía con una pista de baile ya de por si vacía. Aunque la música era para bailar sueltos, ella me sostuvo de la mano hasta terminada la melodía y donde aprovechó en preguntarme si me iría o me quedaría hospedado en el hotel. Al darle a conocer que tenía una habitación, me pregunta si la puedo acompañar a la cantina o la sala de espera del hotel, para tomarnos un café mientras le pasa los efectos de los cuatro tragos que dice haber consumido. No le pongo objeción y minutos después nos dirigimos al bar restaurante del hotel, pues el evento ya ha terminado. Pero en vez de pedir un café, ella ordena una margarita en las rocas y un whiskey para mí. Me rio y le digo:

- Pensé que esperaríamos con un café para que te ...

... pase el efecto de los otros.

- ¿No me diga Sr. Zena que se tiene que reportar con su mujer? – lo dice riendo y agrega. – Además, mañana es sábado y tenemos toda la noche para disfrutar.

- Por mi no hay problema, pero tu no te tienes que reportar con tu esposo.

- ¿Mi esposo? No… él se encuentra en ciudad de México y viene hasta el domingo. Estoy soltera Sr. Zena, al menos por un día más. –lo dijo riendo.

Platicamos por varios minutos y todo aquello se conlleva hablando de nuestras respectivas parejas, aunque ella sabe algo de mi situación y la tragedia que tuve que pasar y aprovecha para brindarme su simpatía y quizá con ese valor que le da el efecto del alcohol se atreve a preguntarme:

- Imagino que ahora que ya ha pasado bastante tiempo de esa situación, usted ha tenido alguna relación con alguna otra mujer. ¡Usted no es de fierro! Todos tenemos necesidades.

- Jocelyn, lo siento, regularmente no hablo de estas cosas con nadie. Espero no me lo tomes a mal.

- ¡Lo siento Tony! Es que tú eres muy guapo y entiendo su situación. No sería una traición, puesto que su esposa no está disponible para esa necesidad.

Creo que mi amigo Rivas tuvo que haberle hablado de todo aquello, pues yo nunca cuento mis cosas personales, e inclusive en estos relatos evito traerlos a mi memoria. Pero en fin, aquello me abre la puerta para llegar a la intimidad de Jocelyn:

- Sabes Jocelyn, no importa cuáles sean las circunstancias siempre seria traición, pero creo y no sé si tu ...