1. Noches y Noches


    Fecha: 13/02/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Bruno, Fuente: CuentoRelatos

    Noches y noches pasan más su recuerdo, su recurrente perfume pervive en mí como si todo hubiera sucedido ayer.
    
    Saqué mi polla del condón, pagué a la puta y ésta se marchó.
    
    Noches y noches pasan, como si su pasar fuese el lamento de su pérdida. Sólo he dormido solo desde entonces. Me sentí sucio después de lo de la puta, necesitaba ducharme. Sólo te puedo recordar cuando el agua libra la batalla contra la gravedad al surcar mi cuerpo. Las gotas se enroscan alrededor de mis níveos cabellos y lamen los morenos pezones, invadidos por el oscuro vello que puebla mi pecho, mi abdomen y mi sexo. El jabón se escurre entre los surcos de mis redondas nalgas y el placer me abrasa cuando paso la alcachofa con hidromasaje sobre mi pene tumescente. Poco a poco el agua se introducía entre mi pellejo y el resto de mi carne palpitante, roja, anegada de sangre que se hincha de nuevo tras el último orgasmo y sale a relucir mojada, húmeda, dispuesta para recibir y repartir gozo.
    
    Mi cipote es largo pero amable, grueso pero gentil; a mis cincuenta años aún conserva el ardor juvenil y esta morena fusta aún ha hecho reír y llorar a más de una puta y más de un puto. Pero a ninguno como a ti. Era, si no recuerdo mal, la misma noche de octubre de hace dos años. Se hará de día lentamente, pero tu cuerpo, tu cuerpo desnudo vuelve a mí. Descorcho una botella de champagne y comienzo a mamar como un cabrito. "Como un cabrón", dirías tú, Saulo. Sí, como un cabrón.
    
    Las noches pasaban monótonas y ...
    ... aburridas. Axuán, el arquitecto del momento, presentaba su última bodega para la familia pija del momento. Se presentaba otra de esas noches amargas en que sonreirías con desgana mientras simulabas participar en una conversación que no te interesaría, y, quizás, te acabarías follando a alguna muchacha o a algún hombre (los Uzandagui-Azpirén eran conocidos por su libérrima conducta). Nada fuera de lo habitual. Se preguntó qué haría de sí mismo, 48 años, un porvenir por delante, y más vacío que ningún billete puede comprar, por más leche que tragara, por más coños que follase, nada podía llenarle. Borja María de Uzandagui-Azpirén le condujo hasta la sala principal del palacete. Axuán anticipaba lo que le esperaba hasta el último rincón de aquella sala: alcohol, cocaína, mariconas de alta sociedad, putas hermosas buscando su oportunidad, y cuatro periodistas arrimándose a cualquier fuente de podredumbre para cubrir sus espaldas.
    
    —Te encuentro cansado y hoy deberías ser la estrella —le reprochó Borja.
    
    —Para mí esto no es ninguna fiesta, sólo un pandemonium.
    
    —Te he guardado coca. Ha venido Lorena Ibárrez. Es más puta que las gallinas, pero, o sea, súper-discreta.
    
    —Hoy no quiero follar —mintió.
    
    —Como si no nos conociéramos, o sea tío. También está un amigo suyo, un jovencito…
    
    —Odio los hombres jóvenes. O son unos afeminados repelentes o unos chulos descerebrados o unos putitos.
    
    —La verdad, no sé qué será éste, porque yo cuando lo vi ni pensé que le fueran las ...
«1234...»