1. 85 en virgo


    Fecha: 12/02/2020, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... pornográficas de adolescencia, recordé el cumpleaños de Andrés, (que nunca más olvidaría), pasé revista a todas las feas que no quisieron acostarse conmigo y a las lindas histéricas que no se animaron a mamármela.
    
    La puse boca abajo y continué bombeando, muy despacio para que tomara conciencia del volumen desplazado en cada embate. Pidió más y la dejé subirse en mí, desde abajo disfrutaba el hermoso paisaje de sus tetas golpeándose en casa bajada. Tomó mi cabeza con una mano e hizo que me irguiera un poco, semisentado, con su otra mano agarró una de sus bamboleantes tetas y la introdujo en mi boca
    
    ¡Gózame, mi amor, Gózame!. ¡Tomá de mi teta! ¡Chupámela toda!
    
    La regresé debajo de mí y cambié el ritmo. Ahora no paraba, sin cesar entraba y salía de ella con rabia. Mis huevos rebotaban contra su entrepierna y en cada choque la sentía vibrar. ¡Basta por favor, dejame respirar, necesito parar, dame un poco de aire!
    
    Habían pasado 40 minutos y el mástil seguía duro como una roca, y sólo había dejado salir un poco de líquido seminal, lubricante. Aproveché el momento y me tumbé boca arriba, decidido a cumplir con mi plan de "demora eyaculatoria", (en realidad su reclamo llegó justo cuando estaba por acabar).
    
    Tengo sed. Pedí, por favor, una "7Up" con cubos de hielo y limón
    
    Le hice caso, (no podía saber a lo que me exponía), pero cuando llegó el servicio empezó otra historia.
    
    Tomó un vaso largo y ...
    ... se sirvió, yo seguía acostado observándola, (adorándola), desde la cama, un par de cubitos y mucho limón. Se acercó a la cama y convidó, bebí un sorbo pequeño, me recosté. Mi pija estaba directamente apuntando al espejo del techo, estaba impresionado casi con miedo, incluso creí que no se iba a bajar nunca. Por eso no la vi. Bebió un trago largo y dejó entrar en su boca los cubos de hielo, se arrodilló y metió en su boca más de la mitad de la pija. Las burbujas, el limón y el hielo tenían ahora una nueva interpretación. Jugando con su boca sobre la cabeza, iba cambiándome las sensaciones a cada rato. Cuando no sentía el cosquilleo de las burbujas con el limón, era su lengua la que acariciaba, en otros momentos, (sublimes), los cubos de hielo generaban un cambio de temperatura imposible de resistir. ¡Sentí con una intensidad nunca experimentada!
    
    Dejó escapar todo el líquido y, con los restos del hielo aun en la boca, se la metió entera. Desesperado le pedí por favor que soltara, que no quería acabar. No hizo ningún caso, apretó con suavidad los dientes y el hielo quedó justo en la punta de mi pija. No recuerdo haber acabado antes ni después con tanta cantidad y energía. Se ahogó y tuvo que soltarme para respirar, repartió lo que sobró sobre sus tetas e invitó a bañarnos. Perdidamente enamorado corrí tras ella.
    
    Para "La Vicky", que si lee esto seguro se va a reconocer, no se lo merece pero no importa. 
«123»