1. Yo y el peón


    Fecha: 09/02/2020, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Tenía 17 años, era virgen, y estaba muy curiosa de probar el sexo por lo que mis amigas contaban. Empecé a buscar en internet y me fasciné con videos de hombres negros haciendole el amor a mujeres rubias como yo.
    
    Soy una rubia bonita, delgada, de 1,70 m, con lindo trasero, senos, y piernas. Practico deportes y estoy muy firme, por lo que sabía que podría volver loco a cualquier hombre.
    
    Como cada fin de semana fui a la hacienda de mi padre, pero esta vez iba decidida a probar el sexo, y nada mejor que con un desconocido.
    
    Llegamos temprano el sábado y salí a buscar un peón que me despertara el morbo. A las 2 horas entré al laboratorio de genética de la hacienda. Allí encontré a un peón que limpiaba. Al reconocerme me saludó con respeto, pero noté como miraba mis piernas. Llevaba una minifalda sin nada debajo y había depilado muy bien mi pubis. El peón era un negro alto, delgado pero musculoso, y su rostro muy viril pero poco atractivo. Me senté en una silla y le pedí que amarrara mis tenis, diciendole que me dolía la espalda. Al agacharse separé mis piernas y el pudo ver mi pubis. Me miró excitado y le dije: ¿Te gustaría hacerme tuya?, el hombre se paró asustado y excitado. Vi su sexo erecto bajo su pantalón y me acerqué a el agarrandoselo y le dije: Quiero que me desvirges por todos lados, nunca he estado con un hombre pero me muero de deseo por estarlo.
    
    Empecé a desabotonar su pantalón, baje su cierre, y descubrí su sexo. Era largo y grueso, su piel era muy suave ...
    ... y oscura, y su glande estaba mojado y baboso. Me arrodillé y lo metí en mi boca, fue algo delicioso, me gustó mucho aquello y empecé a mamarselo con deseo, me imaginé que nos filmaban y mi deseo creció mucho. Estaba desatada, me gustaba mucho lo que hacía. Pronto el tomó mi cabeza y empezó a moverlo con violencia, descargando un delicioso chorro de semen que me bebí con gran deseo.
    
    Al recuperarse me montó en una mesa, abrió mis piernas y empezó a satisfacerme oralmente. Tuve un orgasmo tremendo y gemí sin reprimirme, entonces él tomó mis caderas, colocó su huevo en mi vagina, y empezó a metermelo. Lo hizo despacio, sentí que me dolía y di un gemido de dolor.
    
    ¿De verdad es tu primera vez? Si, contesté. Empezó a moverlo muy suavemente en mi entrada, y de pronto lo hundió de un golpe hasta la base. Sentí un desgarrón y grité de dolor, entonces empezó a moverlo con ternura y deseo, mi dolor cedió y empecé a disfrutar aquello. Me sentía completa, llena, poseida, cogida, mi cuerpo empezó a moverse fuera de control y el aceleró el movimiento, en mis entrañas explotó un orgasmo tan intenso, que quede casi ciega, mis oidos retumbaban, y mi cuerpo se durmió, pero sentía un placer indescriptible, y gritaba fuera de control. El peón se vino e inundó mi vagina con su semen. Nos abrazamos y comenzó a besarme con gran ternura. Me abracé y supe que si el cielo existe, era ese.
    
    Después de besarnos y acariciarnos larga y lentamente me preguntó si quería disfrutar por el trasero. Si, ...
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