1. Un trabajo, un amante.


    Fecha: 09/02/2020, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Terminé la carrera de medicina hace un año y medio. En todo ese tiempo siempre pensaba que era imposible no encontrar trabajo en algún lugar, pero poco a poco fui perdiendo la ilusión. Comencé a plantearme irme al extranjero, pero mis padres no están muy bien de salud y no me parecía bien abandonarlos en esos momentos. Todo cambió un día en que mi amiga Cristina me presentó a una amiga suya, Leonor. Era una chica impresionante. Pelo rubio largo, ojos rasgados verdes y una cara preciosa, su cuerpo escultural, más que una prestigiosa cirujana parecía una modelo de alto standing. Hablamos durante buena parte de la noche sin parar de cosas de médicos, como dice mi amiga Cristina que la aburre en gran manera. Pero después de muchas horas bailando, bebiendo y charlando llegó la hora de la retirada. Cristina había conseguido ligarse a un chico muy atractivo y nos dejó a las dos a solas. Leonor me invitó a ir a su casa a tomar una copa y accedí casi sin pensarlo. La verdad es que durante la noche me había sentido seducida por aquella imponente mujer. Salí con Leo y nos ...
    ... fuimos a su casa. Nada más llegar leonor puso música, y llenó un par de copas. Me la trajo con una sonrisa en su cara, se sentó a mi lado y comenzó a hablarme de mis encantos. No me sentí incomoda, al contrario, en mi interior comenzaba a arder un fuerte deseo de besar los labios de leonor. De repente se acercó a mi de manera muy sensual. Puso su copa en mis labios y me beso con dulzura. Fue un beso que me enloqueció, me gustó tanto que yo misma me acerqué a ella para besar su boca otra vez. Poco a poco nos fuimos tocando, quitando la ropa, hasta que me vi en la cama junto a ella totalmente desnuda. Su piel era suave, deliciosa, y su olor me transportaba a mi niñez. Me dejé llevar por completo perdiendo la noción del tiempo. Nos fundimos entre nuestros cuerpos entregándonos a un sinfín de espasmos y abrasadoras pasiones que nuestra piel amasaba en un solo cuerpo. La noche siguió con toda su intensidad, pero sin perder la sensualidad de dos mujeres bellas entregadas la una a la otra. Por la mañana Leonor me dijo que me fuese con ella a Noruega. Trabajaríamos juntas 
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