1. La prima es una zorra (Parte 3): La cena está caliente


    Fecha: 19/01/2020, Categorías: Gays Autor: Alexander0022, Fuente: CuentoRelatos

    La primera noche del viaje había caído en la ciudad de Posadas. Habíamos pasado todo el día paseando por la ciudad, con lloviznas intermitentes que dificultaron nuestras visitas a algunos lugares que queríamos. Volvimos a la cabaña, con la idea acordada de bañarnos y salir nuevamente a cenar a algún bar o restaurante. Mientras las mujeres se bañaban me senté en el sofá del living, esperando mi turno para hacerlo. Mientras tomaba mates con mi suegro, charlando un poco, mi novia ya se había bañado, acercándose a nosotros.
    
    Yo estaba caliente todo el tiempo, la situación de estar en la misma cabaña con mi novia, su hermana y mi prima, me provocaba un morbo tremendo. Además de saber que la tenía a mi prima en acceso fácil, pero debía disimular lo más que podía, nadie debía sospechar de nada, aún no había tenido la posibilidad de tener sexo con mi novia, y ambos estábamos con las ganas de hacerlo, cuando podía, ella me calentaba hasta más no poder.
    
    Pero no era la única, Julieta también lo hacía, cuando nadie lo notaba me miraba con la mejor cara de putita que podía, me rozaba con su cola por los pasillos, y me manoseaba el bulto. En algún momento todo se me iría todo de las manos. Por fin llegó el turno de poder bañarme, fui hasta la habitación a buscar mis ropas, cuando llegué la puerta estaba cerrada, golpeé, me abre la puerta la hermana de mi novia. Estaban en la habitación arreglándose para salir.
    
    Entré y fui hasta mi bolso, disimuladamente, mientras buscaba mis ...
    ... ropas, admiré ese espectáculo. La hermana de mi novia tenía puesto y jean apretadísimo, tacos altos y una remerita blanca, su preciosa cola se veía tremenda. Mi prima, una calza negra, de cuerina, que le marcaba la cintura y las nalgas perfectamente, tacos negros y también se había puesto remera blanca, cortita y apretada. Mientras se pintaba esos preciosos labios me miraba por el espejo, y arqueaba más su espalda para mostrarme la cola, sin que mi cuñada se diera cuenta.
    
    La calentura me había subido hasta las nubes, mientras me bañaba, mi pene se ponía como una roca, quería tenerlo de nuevo dentro de la vagina de mi primita. Cuando me estaba secando, escucho sonar mi celular, que lo había llevado al baño conmigo, Julieta me había mandado una cantidad de fotos de ella sola, posando en varias posiciones en el espejo; como así también junto a mi cuñada y mi novia. Las tres estaban increíbles. Ella sabía muy bien que eso me pondría más caliente.
    
    Salí del baño y me dirigí nuevamente a la habitación, ya no estaban allí las chicas. Me vestí y llegó mi novia, se acercó y me beso ardientemente. Mi pene se puso duro en un instante. Paseé mi mano por su cintura y sus nalgas. Me detuvo en un momento, para decirme que ya nos debíamos ir. Todo conspiraba para que me diera un infarto de la calentura que acumulaba a cada instante que pasaba en esa cabaña. Salimos de la habitación y salimos hacía el auto.
    
    Durante el camino, mi novia se sentó arriba mío, para que vayamos más cómodos en el ...
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