1. El cuento del oso Manteco


    Fecha: 14/01/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: carloso, Fuente: CuentoRelatos

    Había una vez un oso llamado Manteco. A Manteco le gustaba mucho la manteca. De ahí su nombre. Comía miel y manteca. Sólo se alimentaba de eso.
    
    Cerca vivía una perra, llamada Rita. Rita era muy alegre. Corría, saltaba y jugaba con los saltamontes en el monte donde vivía. Allí, en el otero, había muchos saltando. Y a Rita le gustaba mucho jugar con ellos. A ver si los cazaba.
    
    Un día el oso Manteco, que vivía entre el bosquejo, salió a pasear por el monte y vio a la perrita Rita jugando a lo lejos. Decidió acercarse a ella, para preguntarle si podía jugar con ella. Manteco caminaba muy despacio. Y es porque era muy pesado y su cuerpo mantecoso no le permitía muchos malabarismos.
    
    Cuando llegó hasta donde estaba Rita la perrita ya estaba cansada de jugar y saltar en el monte con los saltamontes. A todo esto el oso le habló:
    
    -Hola. ¿Cómo te llamas?
    
    -"Rita ¿y tú?", dijo la perra.
    
    -"Manteco", respondió el oso.
    
    Y así fue como el oso mantecoso y Rita, la perrita se conocieron. Enseguida se hicieron amigos y comenzaron a jugar con los saltamontes y las mariposas. A Manteco le gustaba más jugar con las mariposas. Y a Rita le gustaban más los saltamontes:
    
    -"Creo que me voy a comprar un cazamariposas en la tienda", dijo el oso Manteco.
    
    -"Vale", dijo Rita. "Y de paso compra para mí un cazasaltamontes, para cazar saltamontes".
    
    Así pues, al día siguiente, el oso Manteco fue a la tienda a comprar un cazamariposas y un cazasaltamontes. El dependiente de la tienda ...
    ... era un loro, llamado Alfresio. Se llamaba Alfresio porque le gustaban mucho los fresones. Comérselos, más que mirarlos.
    
    "Hola, Manteco", dijo el loro Alfresio.
    
    "Hola, Alfresio", dijo el oso Manteco. "Venía a comprar un cazamariposas y un cazasaltamontes", dijo.
    
    En el momento de pagar el oso, que sabía que a Alfresio sólo se le podía pagar con fresones, sacó los fresones de su bolsa de caminante y le dio cuatro, que era el precio en fresones por los cazamariposas.
    
    El oso salió de la tienda, más corto que perezoso, y fue a paso ligero a encontrarse con la perrita. Sin embargo, no encontraba a la perrita por ningún lugar. Y se quedó él solo cazando bichos. Cuando cazó un saltaoteros el oso Manteco se dirigió a él:
    
    -"Hola, soy Manteco. ¿Cómo te llamas?".
    
    -"Me llamo Oteros, a secas", dijo el saltamontes.
    
    -"¿Y por qué estás aquí en el monte?", preguntó Manteco, el oso.
    
    -"Porque me gusta saltar y el monte es el mejor lugar para ello", respondió el salta Oteros.
    
    Y así fue como comprendió el oso por qué a los saltamontes se les llama saltamontes. En medio de la conversación a pareció un grillo, llamado Pillo. Pillo era muy pillo. Por eso se llamaba así: Pillo. Desde su pequeñez, pillo tocaba con su gri-gri. Gri-gri-gri-gri. Y el saltamontes y el oso enseguida percibieron su cantar. Comenzaron a buscar de dónde venía el canto. Y no encontraron el origen de su procedencia. Era por la tarde tarde. Y ya caía la noche. En medio de la penumbra ya no veían nada. Y ...
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