1. La tetona y la moneda


    Fecha: 12/01/2020, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Mi casa es una casa con mucha historia, varias veces rehabilitada con todos los lujos de la vida moderna pero tiene un defecto, o una cualidad extraña y es que se oye perfectamente lo que se habla en el salón desde el desagüe del fregadero. Alguna extraña combinación de tuberías, conductos de aire y defectos de construcción.
    
    Afortunadamente para mi nadie más conoce este su secreto, pues cuando el tapón está puesto no se oye nada, pero si por un casual me encuentro en la cocina no tengo sino que destaparlo para oír con bastante claridad lo que allí se dice.
    
    Como ni mi marido ni mi hija sienten mucha afición por las labores del limpieza, soy la única que se sirve de esta cualidad. A veces lo usaba para oír las conversaciones telefónicas de mi marido, aunque sólo lo que él hablaba. Ahora me sirve para tener controlada a mi hija Teresa que tiene 15 años y está en una edad verdaderamente complicada.
    
    Como aquel día en que la dejé hablando con una amiga mientras yo me iba a la cocina, bastante alejada del cuarto como para que ella pensara que podía oírlas. Las chicas hablaban de sus cosas pero su amiga María pronto empezó a sacar el tema de los chicos:
    
    - ¿Sabes que Carlos va por ti, no?
    
    - Alguna idea tengo. - respondió mi hija Teresa.
    
    - Eso dicen que va diciendo.
    
    - Pero yo paso de él. - dijo Teresa.
    
    - Sí, Teresa, pero también sabes cómo es Carlos y la fama que tiene.
    
    - Sí que lo sé, pero no es verdad todo lo que dicen de él, ¿No?
    
    Desde la cocina oía ...
    ... con cuidado lo que allí se hablaba. Las chicas siguieron.
    
    - Bueno, por lo que yo te puedo contar, es totalmente cierto. - dijo su amiga Maria.
    
    - Tú estuviste con él...
    
    - Y es verdad aquello de que conquista a quien quiere. No sé cómo lo hace pero siempre se sale con la suya. A mi no me gustaba ni nada y fíjate. - dijo María.
    
    Los chicos jóvenes, siempre tan volubles. - pensé mientras me quitaba los guantes para oír tranquilamente. - Seguro que han estado saliendo unos días con unos cuantos besos inexpertos. - pensaba en mi ingenuidad. Pero pronto la conversación me demostró mi error.
    
    - Es un animal de presa. Tiene una habilidad extraña, en como te mira, en la seguridad con que te habla...acabas cediendo. Yo acabé cediendo. Y luego en la cama...
    
    - Ya me constaste. - respondió mi hija Teresa.
    
    - En la cama te doblega por completo. No te respeta, te hace suya y acabas queriéndolo. Y luego sientes vergüenza, porque sabes que lo cuenta todo. Y porque sabes que te acabará dejando. Conmigo no estuvo ni dos semanas. - dijo María.
    
    - A mi no me gusta y paso de él. - dijo Teresa. - Conmigo no podrá.
    
    - Eso pensamos todas hasta que va a por nosotras. Es mucho mayor, tiene 18 años, sabe mucho de mujeres. Acabarás cayendo. Lo hará todo en clase, se sentará a tu lado, te hablará como él sabe. - dijo María a mi pobre hija. - Te acompañará a casa. Un día te entregarás a él.
    
    - Eso no va a pasar.
    
    - Pasará. - dijo María con cierta maldad - Y te poseerá como hizo con ...
«1234...7»