Descubriendo sus gustos - Relatos Eróticos

Descubriendo sus gustos

Todo ocurrió hace unos 14 o 15 años, yo tendría 31 0 32, el trabajo me ocupaba casi todo el día y muchos fines de semana (me sigue ocurriendo lo mismo); el poco tiempo libre que me quedaba tenía que ocuparlo en las labores de casa ya que vivía solo en un pequeño apartamento, solo en ocasiones y si mi horario me lo permitía celebraba alguna cena con las viejas amistades que aún mantenía, ya que por mi carácter algo tímido siempre me ha sido difícil ampliar mi vida social. En definitiva una vida tranquila, incluso aburrida y sin ningún tipo de pareja o relación; aunque después de tantos años ya estaba acostumbrado y no lo echaba en falta, mi última relación había acabado a los 23 o 24 años, una novia de la universidad, en esa época había más tiempo libre y menos obligaciones, cosa que cambió cuando los dos entramos a la vida laboral, lo que hizo que poco a poco la relación se fuera deteriorando nos fueron distanciando y terminara. Un dia en el metro de camino al trabajo encontré a un compañero de la época del colegio, era de los que continuaban viviendo por la zona, no era de mi grupo de amistades, pero siempre que nos cruzábamos nos saludabamos y charlabamos por un rato. En esta ocasión me comentó que un grupo de nuestra promoción del colegio estaba intentando organizar un encuentro para vernos todos, no era algo que me apeteciera especialmente, pero acabamos intercambiandonos teléfonos y mails para poder estar en contacto e intentar organizarlo. Pasaron las semanas y recibí ...

... un correo, nos lo enviaban como a unas 20 personas, que eran las que habían podido localizar; se proponían varias fechas para quedar con la intención de encontrar la que nos venía mejor a todos. Yo seguía sin mucho interes y ademas por mi trabajo nunca tengo claro que fin de semana tendrá libre hasta última hora, por lo que ni siquiera hice intención de responder. Supongo que el resto de gente estaba más animada ya que a los 15 días llegó otro correo confirmando la fecha que tenía más aceptación y rogando que se confirmara asistencia para hacer la reserva en un restaurante. Lo cierto es que para esa fecha yo tenía disponibilidad (salvo cambios de ultimísima hora) y nada que hacer ya que no había hecho planes con mis amistades; así que me lance y confirme mi asistencia, no había nada que perder, si me encontraba incómodo o aburrido sería tan sencillo como estar un rato y luego buscar una excusa para abandonar la reunión…… Llegó el día de la cena y a la hora acordada todos fuimos llegando al restaurante elegido, hubo un buen rato de saludos, de averiguar quien era quien, se formaban grupos y al rato se formaban otros nuevos, todos revoloteábamos de un grupo a otro intentando ponernos al día; como he dicho yo soy algo timido pero la verdad es que empecé a encontrarme más agusto de lo que esperaba, la situación fluía con naturalidad y tras unas cuantas cervezas mientras se esperaba a que todo el mundo llegara pasamos al comedor para cenar. La mesa era grande y rectangular, por lo ...