1. La sedución de mi mujer


    Fecha: 10/01/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    El juego
    
    Esa mirada perdida tan típica, esa postura de abandono y espera _las caderas levantadas, los pezones erguidos, señalándome, los pechos expectantes, la boca entreabierta_ tendrían que haberme avisado, pero, tendido boca arriba en la cama, mientras ella me acariciaba, entrecerré los ojos y me dejé‚ llevar por el movimiento de su mano.
    
    Intenté devolverle la caricia, con ese gesto que tanto la excita, un roce ligero, rápido, de los dedos sobre su grupa, entre las nalgas. Me interrumpió, y m s que por cualquier otro indicio, por ese tenía que haber percibido lo que ocurría. La dejé hacer mientras escuchaba en ese agradable duermevela sus gemidos. Lo supe sólo cuando me acercó los labios al pene. Entonces abrí los ojos y le ví tras ella. Una sombra oscura en la penumbra, dominante y segura.
    
    Todo empezó en una fieesta de despedida. Todos acabamos más o menos igual, incluso ella, que ni siquiera recuerdo como consiguió arrastrarme hasta casa.
    
    Había sido muy sencillo: Tal era mi lamentable estado que uno de esos vendedores de baratijas ("parecía muy agradable, tan educado" me confesaba después, también ella sorprendida) se ofreció para ayudarla a subirme. Una vez en casa, me metieron en la cama y ella, tan acogedora siempre, se sintió obligada a invitarle a tomar algo.
    
    - "Mientras le preparaba un "cubata" -se empeñó en contarme-, me preguntó si le permitiría tomar una ducha, que estaba muy sudado después de toda la tarde cargando con sus bolsas. No me pude ...
    ... negar y le dije que le esperaría en el salón.
    
    "Yo también estaba muy cansada -intentó justificarse antes de continuar_ y me quedé adormilada viendo la televisión. Lo siguiente que recuerdo es una lengua áspera detrás de la oreja y unas manos increiblemente suaves sobándome las piernas.
    
    "Si no te hubieras empeñado en que llevara faldas", me recriminó la muy cínica antes de seguir.
    
    La verdad es que me resultaba muy agradable ese lamerme la orejita y el cuello, y sobre todo esa manaza entre las piernas, subiendo los muslos, venciendo a la falda poco a poco, me dejé‚ hacer hasta que noté‚ esos dedos atrevidos jugando conmigo por debajo de las bragas.
    
    Entonces abrí los ojos, y de verdad que esperaba que fueras tú, Le aparté de un manotazo, y lo hice decidida a echarle de casa, pero entonces vi ese bulto enorme debajo de la toalla y me paré a mitad del gesto. Fue solo un segundo, pero me lo tuvo que notar, porque cambió rápido el la mirada de frustración por una sonrisa descarada: -¨te gusta?, me preguntó-
    
    Entonces tuve que interrumplirla. Fui al baño a lavarme la cara con agua fría. Dejé pasar unos minutos para tranquilizarme y volví a su lado.
    
    - "­Cerdo!, le espeté -siguió ella con su relato-, pero estoy segura de que mis ojos desmentían esa actitud ofendida. Bueno, mis ojos... y la respiración, y el cosquilleo en la oreja que me había besado, y el recuerdo de su mano entre las piernas.., y la humedad que empezaba a notar en todo el cuerpo.
    
    "El se acercó de ...
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