1. PLACER EN EL PUERTO DE COLONIA.


    Fecha: 05/01/2020, Categorías: Dominación / BDSM Sexo con Maduras Sexo en Grupo Autor: Livido, Fuente: xHamster

    Ya había pasado la temporada de regatas en Punta del Este, la Buenos Aires-Punta, la carrera alrededor de la isla, la recepción en el Conrad, ya los barcos descansaban en el puerto de Colonia, todos juntos, con las proas sujetas al muelle y las popas a anclas y pesos muertos, por si venía una sudestada.En un galpón seis hombres, serenos y guardianes, jugaban al truco y bebían cervezas.Soy Silvina, había ido con mi marido a pagar unos arreglos del velero y les cuento lo que vi y viví.En el hotel del puerto de Colonia, María Marta sudaba a pesar del aire acondicionado. Había terminado su trabajo de asesora en un evento. Así que se había sacado los tacones, tirado la blusa, las medias y la falda. Se dio una ducha bien fría y se sentó a tomar un trago frente al balcón del cuarto que da a la marina en el Hotel completamente desnuda, con el pelo suelto y todavía mojado. Calor, calor… y la pesadez del aire.MM. Los clientes habían vuelto a Buenos Aires, y la dama, esa pose de profesional seria y burguesita, se fue aflojando. Había hecho un buen trabajo. Con el cabello mojado por el baño, desparramada en el sillón, las manos jugando en los pezones y los labios cerraditos de mi vulva me sentía plena.MM. Llamé a mama para avisarle que mañana estaría en casa y me serví otro trago, la nena, tengo 50 años, siempre se reporta.MM. El deseo no sé cómo te viene, no lo puedo explicar, de repente me di cuenta que el vaso helado jugaba sobre la corona de mis pechos, y mi otra mano sin haber ...
    ... recibido una orden racional, se desplazaba como un suplicio abriendo mis labios vaginales.SILVINA. Era esa llama del deseo que sentimos los libidinosos, sin poder evitarlo todo su vientre se contorsionaba de deseo, su vagina rezumaba sus fluidos, sentía que necesitaba ser penetrada, ansiaba ser sodomizada, sus labios sorbían sólo aire entrecortado.MM. Llega esa necesidad de loba en celo que me castiga como un estigma pero es la razón de mi vida y fuente de mis goces.MM. Contrólate – Marta me dije, no seas puta – como si fuera la voz de mi madre, regañándome cuando me desbarato por el deseo, o no puedo disimular mi calentura y miro a los machos como queriendo ser tragada, pero mi mano sin obedecerme jugaba plácidamente con sus dedos dentro de mi vulva, húmeda, picosa y abierta.MM La otra mano había dejado el vaso y palpaba fuerte los pechos, afanosa y retorciéndolos, hasta hacerme doler. Me estaba gozando a mí misma con goce y no quería parar.MM. Un hielo del “drink” pidió permiso a mi libido, atrevida imaginación y se introdujo en mi concha, lo sentía como se derretía dentro de mí. y me dieron escalofríos. Delirio… mmm vida, vida.La mayoría de la veces, esas olas de deseo que llegan de repente, se quedan en placenteras sensaciones y nada más. El momento, la situación la compañía las terminan en una placentera paja, o en ganas que dejas para después y no concretas por tus frenos sociales. Solo me libero entrando en Hamsters mi página amiga donde encuentro libidinoso como yo y ...
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