1. El Parque


    Fecha: 25/12/2019, Categorías: Sexo oral Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... -sobresaltada-.
    
    Yo- Perdón lo siento... he ido a parar aquí, no te seguía ya que buscaba un lugar donde estar tranquilo.
    
    Ella- Pues menudo susto me has dado.
    
    Yo- No era mi intención, es que te he visto toda concentrada.
    
    Ella- Tú no eras él que estaba sentado en el banco?.
    
    Yo- Si era yo -con voz acongojada-.
    
    Ella- Que eres el típico salido que va a ver que mira.
    
    Yo- No sé si te lo creerás o no, pero no podía dormir, he salido a pasear y me he sentado en un banco alejado para que nadie me viera y habéis pasado vosotras y me he quedado embobado mirándote, si esto no es sinceridad que venga dios y lo vea.
    
    Ella- Y también me dirás que aquel bulto que tienes en el pantalón es fruto de caminar.
    
    Yo- Mujer... tu visión y lo que estaba viendo, no lo negaré era de agradable visión.
    
    A ella pareció no sobresaltarle la situación parecía sofocada y yo estaba caliente como una sartén, cuando me dijo.
    
    Ella- Sabes una cosa...-se mordisqueo el labio-, estoy muy caliente, me quería masturbar, pero me encantaría que me comieran el coño.
    
    Ante tal plan, yo no dudé ni un segundo. Me dirigí hacia ella, ni nos preguntamos nuestros nombres, íbamos a lo que íbamos punto y pelota, allí en un rinconcito de la fuente, se subió la falda hasta la cintura, dejándome ver un tanga de color rojo, muy sencillito.
    
    Yo- Te lo quitó o te lo apartó?.
    
    Ella- Quítamelo, y me lo das.
    
    Sus deseos fueron órdenes, levantó un poco el culo, después las piernas, se le enredó un ...
    ... poco con sus tacones, después se lo entregué y la tía se lo metió en el bolso, yo flipaba, ya era una hora para que apareciera gente y allí ni dios, mi polla me apretaba en el pantalón.
    
    Ella- Venga cómemelo, no aguanto más.
    
    Y sin casi dejarme tiempo para pensármelo hundió mi boca en aquel coño, que olía un poco a sudor y que destacaba por un clítoris muy carnoso, así que empecé a lamerlo, me había podido separar un poco, empecé a pasar lentamente mi lengua entre sus labios, ella estaba empezando a soltar pequeños gritos de placer, al estar arrodillado no podía ver su cara, así que cuando pude levanté la cabeza y vi cómo se estaba estrujando sus tetas por encima de su blusa, aquella visión aún me hacía ponerme más cachondo lo que me llevó sin avisarla a empezarle a meter un dedo.
    
    Ella- Ohhh, cabrón métemelo más, húndemelo.
    
    Yo- No chilles que nos van a oír.
    
    Ella- oohhh, continúa, fóllame con tu dedo.
    
    Si te dicen que hagas algo, no dirás que no, pues decidí continuar con mi arduo trabajo, se lo iba metiendo lentamente para que lo disfrutará, estaba tan mojada que al cabo de unos segundos ya me había decidido a meter otro dedo dentro de aquel coño que estaba realmente muy mojado, así que decidí empezar a marcar un ritmo lento pero subiendo poco a poco la cadencia de mis dedos, el ritmo que le estaba marcando era endiablado, ella no paraba de gemir, quizás el miedo a ser descubiertos aún nos ponía más cachondos.
    
    Ella- Ohhh joder... que rico, dios no pares, ...