1. Un terceto en nuestra propia cama


    Fecha: 23/12/2019, Categorías: Anal Fetichismo Sexo con Maduras Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... acostada boca abajo, casi desmayada.Entonces, una estúpida carcajada interrumpió ese momento tan placentero.“Flaco, te pierdo de vista por dos minutos y ya te estás cogiendo a mi mujer!”.En el vano de la puerta estaba Ricardo, completamente vestido, mientras abrazaba a Anita por la cintura, perdiéndose su callosa mano en el culo de ella. Mi esposa estaba desnuda de la cintura para abajo, las calzas plateadas había quedado en la cocina; restos de semen corrían por sus piernas hasta esos zapatos de taco aguja que llevaba todavía puestos. Sus pezones duros se adivinaban bajo la ajustada camiseta de hilo. Estaba muy excitada, producto de la tremenda cogida que le había dado seguramente el mecánico.Yo continuaba sentado en la cama tratando de recuperar el aliento. Gabriela se deslizó felinamente entre ellos y bajó al comedor, para volver unos momentos después con un arnés de cuero sujeto a su cintura, dotado de un enorme falo de silicona de color negro.Mi amigo se desnudó por completo, mientras le indicaba a mi esposa que fuera a la cama. A mí me dijo que me sentara en una silla; ahora solamente sería testigo.Anita se puso en posición de perrita, mientras Gabriela se ubicaba detrás de ella, tomándola por las caderas y llevándola despacio hacia atrás, hasta que mi esposa sintió que la verga negra bien lubricada con gel comenzaba a abrirse paso en su delicado culo.Comenzó a jadear levemente, mientras Gabriela tomaba ritmo y comenzaba a bombearle el culo cada vez con más intensidad ...
    ... y velocidad.Ricardo mientras se había ubicado frente a mi mujer, metiéndole la verga dentro de la boca, lo cual provocó que sus suspiros fueran un poco más apagados.Yo estaba sentado sin hablar, viendo como ambos disfrutaban de mi mujercita.En un momento se miraron entre ellos y Gabriela sacó abruptamente el falo negro del culo de Anita, dejándole el lugar a Ricardo, que casi no perdió tiempo en meter su enorme verga en el castigado culo de mi esposa. Ella se retorció de dolor ante la súbita intrusión, pero enseguida comenzó a embestir la pija de Ricardo, llevando sus caderas hacia adelante y atrás.Gabriela vino gateando hasta mi lugar y se llevó a sus labios mi endurecida verga, dándole una chupada increíble, que en pocos instantes me provocó un orgasmo infernal, acabándole en su habilidosa boca.Ana mientras tanto gritaba cada vez más, hasta que el tipo se tensó y terminó llenando su delicioso culo de semen caliente.Luego la parejita feliz se encerró en el baño, de donde salieron pulcramente vestidos para irse. En la puerta Gabriela se volvió para comerme la boca en un beso húmedo, dejándome sentir todavía el sabor de mi propio semen.Mientras se alejaban pude oír la sonora y estúpida carcajada de Ricardo.Regresé a la habitación, donde Ana había quedado boca abajo, relajada y casi desmayada después de tanto placer. Mientras recorría con mis dedos esas delicadas nalgas, viendo su dilatada entrada trasera rebosante de semen, no pude dejar de pensar que todo esto definitivamente ...