1. Congreso médico


    Fecha: 21/12/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola mi nombre es Diana estoy casada hace 20 años y nunca le fui infiel. Soy médica de profesión pero creo que muy puta y reprimida. Tuve una primera experiencia con un paciente y a partir comprendí lo que es la libertad del deseo sexual. Lo cierto que mi marido es muy bueno pero no me satisface sexualmente. A partir de una primera experiencia veo que mi profesión me permite tener un conocimiento mas detallado de los hombres. Tengo 45 años, me considero que a pesar de mi edad todavía los hombres me desean. Como les dije a partir de una primera experiencia, he continuado con mi vida sexual fuera de mi matrimonio; es más ya lo considero aburrido e indiferente. Por fortuna soy una médica concierto prestigio en mi especialidad y concurrí a un congreso médico en la ciudad de Cartagena – Colombia como disertante. Resulta que al finalizar mi disertación se me acercó un médico colombiano, apuesto, hermoso para mi gusto. Me hizo una serie de preguntas sobre mi tema, y así como nada me invitó a cenar. Yo estaba sola en el hotel, con un contingente de otros colegas en otros hoteles, por lo cual accedía a su propuesta, principalmente porque me gustó de entrada, lo consideré muy sensual. Como primera medida llamé a Bs. As. a mi esposo y le dije que el congreso estaba muy interesante. Posteriormente, Raúl que era su nombre me pasó a buscar por el hotel. Previo a ello, me puse una ropa interior hermosamente sexy, de color negro para ocultar un poco mi piel blanca y no bronceada. Me vestí ...
    ... muy sexy con ropa de cuero, que me encanta desde toda la vida. Subí a su auto, una Ferrari último modelo creo, y me propuso tener una noche muy especial, a lo cual accedí fervientemente. Fuimos a cenar a un lugar paradisíaco, en la zona de la Antigua. La luz de la luna pegaba sobre su piel morena sumado a un poquito de alcohol de la bebida (no acostumbro beber bebidas alcohólicas), comencé a experimentar fantasías sexuales con Raúl. Cosa que ocurrió afortunadamente. Llegó el momento de bailar, empezamos con ritmo caribeño para luego pasar a los lentos. Obviamente era la música que esperaba. Raúl, bailaba muy bien como yo, y empezamos a experimentar los efectos de los lentos. El me apretaba muy fuertemente contra su pelvis, de modo que sentía el vigor de su pene. Afortunadamente, dada mi menor estatura la complementaba con unos zapatos de taco muy alto (que toda mi vida me fascinaron), podía experimentar intensamente esa sensación tan excitante. En un momento en que las luces parecieron caer, sentí que me apretaba contra su cuerpo más intensamente y me propinó un hermoso beso de lengua, al cual respondí fervientemente. Bailamos toda la noche muy apretados, yo sintiendo como su pija se ponía cada vez más palpitante, y yo me mojaba de el deseo de acostarme con él. Cosa que ocurrió. Terminada la velada, me invitó a conocer su departamento. Al llegar era un lugar hermoso, de altura, que desde el balcón se podía ver toda la ciudad brillando. Apareció detrás de mí, con dos vasos de ...
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