1. De repente, un extraño


    Fecha: 17/12/2019, Categorías: Hetero Autor: evamaniac, Fuente: RelatosEróticos

    Al entrar en el piso, de decoración mudéjar, exótica, y olor a incienso, no pude evitar fijarme en nuestro anfitrión. Era un tío grande, de origen árabe quizás, peregrino, tez oscura y semblante circunspecto, al estilo gigante de Tim Burton y, como primera impresión, distante y frío. Santi nos presentó y él mostró poco interés por la “nueva novia de su mejor amigo”. Ni un solo comentario de cortesía. Enseguida me sentí incómoda. Intenté hacerme la simpática y, mientras nos ofrecía un té, nos apalancamos en unos cojines de una sala que estaba completamente cubierta de adornos marroquíes aquí y allá. Era un espacio acogedor, pero aún no sé qué hacíamos ahí.
    
    “¿Cómo dices que se llama tu novia?” le soltó Akim a Santi mientras se sentaba con nosotros bandeja en mano, sin osar mirarme siquiera.
    
    “Ella es Eva, nos conocimos hace unas semanas en el Hora Cero. ¿A que es guapa?”, le preguntaba mientras me acariciaba la espalda.
    
    “Sí, vas mejorando en gustos, ja ja ja”, se carcajeó.
    
    Nada, como si yo no estuviera. Me parece a mí que Akim creyó que yo era la sierva de Santi, o vete a saber qué exactamente. No es que tenga prejuicios contra nadie, pero ahora mismo me estaba demostrando que para este tipo yo era un objeto más de la sala. Mala educación sistemática, machismo cultural... Me quería ir ya. Además, tenía ganas de estar a solas con mi nuevo novio. Llevábamos 2 semanas juntos y aún no había demostrado que me deseaba. Dos semanas sin sexo, sin pajas, sin estímulos... ...
    ... hacía que anduviera casi siempre excitada a todas partes. Pero con Akim en la habitación la libídine había muerto.
    
    Charlaron durante casi media hora ignorándome por completo. Pero, inteligentemente, yo hacía casi el mismo tiempo que decidí jugar con mi iPhone, los Whatsapps y el Palabras Cruzadas... No estaba atenta en absoluto a lo que ellos decían, hasta que de repente Santi se levantó y me estiró de la mano hacia él para acompañarlo. “Menos mal, ya nos vamos” pensé aliviada.
    
    “Te equivocas ‘Aki’, Lucía no estaba tan buena como Eva”, soltó el tío mientras me mostraba como un maniquí a la venta.
    
    Yo alucinaba. El moro ahí tirado en su puff mirándome como si apreciara un saco de dátiles. Joder, qué humillante. Santi no dudó en tocarme el culo sobre mi falda de raso mientras me “vendía” al tipo más feo que he conocido en mi puta vida. Como si me interesara lo que opinara de mí el Akim este de los cojones... Los toqueteos disimulados de Santi en mi retaguardia sirvieron para relajarme un poco, así que decidí integrarme en el cachondeo levantando los brazos y doblando las rodillas a modo de expectación, como el movimiento final de una cheerleader en una peli yankee de pubescentes. Solo me faltó decir “tachánnn”.
    
    Para mi sorpresa, Santi ocupó enseguida una plaza justo detrás de mí. Se movió de forma que, decididamente, ahí, estando los dos en pie, parecía que vendía una mercancía concupiscente, un producto lujurioso, objeto de deseo epicúreo y sensual. Y no iba muy ...
«1234...7»