1. OBSESIÒN VOYEURISTA


    Fecha: 10/12/2019, Categorías: Gays Autor: Luciovoy, Fuente: SexoSinTabues

    Las fotos en la pàgina de escorts eran irresistibles. Sabìa que debìan ser ellos. El morbo de la fantasìa no paraba de golpear en mi cabeza y en mi cuerpo y sabìa que ya era hora de volverla realidad. Incluso, volverla una pràctica màs de mi vida sexual. 011-654. Diego me habìa pedido que lo llamara cuando le enviè un correo desde el formulario de contacto y que le contara detalles. Tenìa a Ivàn en su lista como compañero para cumplirme mi deseo. - Hola Diego, soy Lucio- -¿Como estàs? - Con ganas de contarte lo que quiero hacer. - - Me parece genial, adelante- Charlamos durante unos quince minutos en que le contè cada detalle ( me gusta imaginarlo todo. pero TODO) de mi fantasìa voyeurista. Cada tanto lo escuchaba sonreir con placer y complicidad. Fue escaso en las preguntas. Cuando finalmente terminè, volviò a sonreìr: - Que bueno està. - Me alegra que te guste. - Te aseguro que se va a cumplir tal y como lo imaginaste. - -¡Sì? -Asì es. Ahora no se habla màs del tema. esperà mi mensaje confirmàndote dìa, hora y lugar. Arreglamos nùmeros y cortè la comunicaciòn. Sabìa que estarìa ansioso. Se cumplirìa en la semana pero acordamos en que ellos definirian cuando. Era sàbado. Transcurrieron los dìas con mi expectativa ansiosa de chequear el telèfono cada diez minutos. Sabìa que no me la harìan fàcil. Pero era parte del juego. Una y otra vez mirè sus fotos de perfil en la web. Ambos cuerpos musculosos el de Diego cubierto de fino vello y el de Ivàn casi lampiño , el primero ...
    ... moreno, el segundo rubio oscuro, me enloquecìan. Me preguntè si iba a resistir. La tentaciòn de masturbarme era continua pero la resistì por unos dìas esperando reunir toda la calentura que ameritaba el encuentro. Sabìa que querìa excitarme desde que me abrieran la puerta con la sonrisa de Diego enmarcada en esa barba oscura y los ojos verdes brillantes de Ivàn. Era necesario preparar la ilusiòn de la sorpresa. El jueves a las 10 de la mañana recibì un whatsapp de Diego: - Nos vemos hoy a las 23. 00 en mi departamento. Tomamos unos tragos. ¿Traès un vino? -Dale. Pasame la direcciòn. Ubicaba a medias la zona pero era cerca del centro en una calle màs bien apartada. Me gustò esa ubicaciòn semiescondida que tenìa sabor a prohibido. El corazòn me palpitaba ya cuando cerrè el mensaje y comencè a preparar el encuentro. Era imperioso cerrar todas las llamadas para esa hora. Arreglè algunos asuntos, mentì un poco por telèfono y me dispuse a disfrutar con todo de mi noche. Comprè un sauvignon blanc que puse a enfriar en la heladera del hotel. Con ello, sòlo bastarìa un rato de frio en el departamento apenas llegara. Luego, seguì con el dìa. Me duchè a las 21. 30 y estuve listo una hora màs tarde. Estaba nervioso, ansioso, excitado. Me proponìa un desafìo que habìa soñado por mucho tiempo e iba a cumplirlo con dos machos alucinantes e irresistibles. ¿Serìa demasiado? No tenìa idea de como iba a funcionar. Pero esa expectativa me excitaba aùn màs. Diez minutos màs tarde tomè un taxi para la ...
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