1. Mi cuñada (I)


    Fecha: 06/12/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... directamente me metí en la cama de mi mujer (nuestra habitación era de dos camas). Ella todavía dormía y lo hacía placidamente. A mi mujer al igual que a mi no le gustaba utilizar pijama y solo se ponía una camiseta. Despues de tantas horas durmiendo la camiseta había dejado al descubierto toda su raja y con lo caliente que yo iba no pude reprimir la tentación de desayunarme ese coño tan perfectamente depilado.
    
    Mi mujer es rubia y tiene un cuerpo de medidas perfeDespertó cuando introduje suavemente mi dedo meñique en su coño que en aquellos momentos parecía recien salido de la sauna, de lo húmedo que estaba. Fue un despertar dulce para ella, ya que tras susurrar un buenos días me aferró el nabo y comenzó a recorrerlo con la punta de su lengua. Mi excitación era ya muy grande y sabía que no iba a aguantar mucho tiempo aquello, así que decid
    
    No pude aguantar más, descargué toda mi leche en su boca. Ella la tragó con avidez pero no pudo impedir que parte le cayera por la barbilla. La besé apasionadamente pero no podía parar de pensar en mi cuñada.
    
    Nos pusimos los bañadores y salimos a desayunar a la terraza. Mi cuñada y su marido ya habían terminado y nos urgieron a terminar rápido. Desayunamos en un santiamén y tras cargar las tablas de surf en los respectivos coches nos fuimos a la playa que distaba unos 20 km. del chalet.
    
    Debo confesar que no me gusta la playa y que voy por compromiso, sin embargo aquel día iba con ganas de ver a mi cuñada una vez más en ...
    ... bikini.
    
    Las playas del Algarve son increibles, yo no las conocía pero creo que nunca las olvidaré. Yo iba en el coche de atrás siguiendo a Pedro, mi cuñado, que parecía conocerse muy bien el camino. Tardamos por lo menos media hora en llegar a la playa, ya que aunque la distancia no era muy larga la carretera dejaba mucho que desear. Aun así el viaje se hizo corto ya que el paisaje era bonito y la conversación con Julia, mi mujer, agradable.
    
    La carretera terminaba en un pequeño ensanche en el que ya habían unos cuantos coches. Aparcamos y Pedro propuso darnos un baño antes de descargar las tablas de surf. Todos aceptamos gustosos ya que ninguno de los dos tenemos aire acondicionado y la verdad es que hacía bastante calor.
    
    Nos acercamos a la playa, era una cala preciosa de fina arena y con muy poca gente, unas 15 personas. Ocupamos una amplia zona con las toallas y nos despojamos de las camisetas. Mis ojos buscaron rápidamente a M¬ José, mi cuñada, y no quedaron defraudados, lucía un bikini de neopreno color fucsia. El top era muy ceñido y le juntaba los pechos al estilo de un Wonderbra. La parte de abajo era unos pantaloncillos muy cortos que se le ceñian a la piel dejando marcado el monte de su feminidad. Tuve que apartar la vista para que no tener que tumbarme boca abajo rápidamente, ya que mi bañador era uno de estos pantalones ajustados que son como los de ciclista pero más cortos.
    
    Julia, mi mujer, llevaba como siempre un monobikini de talle muy alto que hacía destacar ...