1. Los olorosos pies de mi prima francesa


    Fecha: 29/11/2019, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Una día más de visita en la majestuosa mansión de mi Tío Manuel, Argentino, nacionalizado francés desde hace 30 años. Me había solicitado que me presentase
    
    para arreglar ciertos asuntos contables de una de sus varias y prósperas compañías. A mi corta edad ya había demostrado grandes habilidades en el manejo del dinero,
    
    y siendo mi tío uno de los empresarios más destacados de París, tuve la oportunidad de conseguir en su corporativo un puesto envidiable
    
    en el área de Finanzas.
    
    Llevábamos varios días reuniéndonos en su residencia. Ese día tuvo que salir urgentemente de la capital por cuestiones de negocios,
    
    de lo cual me enteré justo al haber llegado y al haber sido recibido por mi prima Stefanie.
    
    - "Bonjour, como talle vous?"
    
    - "Je Ne Parle Pas Français!", Háblame en español!
    
    - Ay primo, llevas 3 meses en Francia y aún no lo hablas! Ni tu Inglés ni tu español te bastarán. Creédmelo.
    
    Stefanie, francesa, hija de padre Argentino, madre Parisina, 18 años de edad, hablaba 4 idiomas y asistía al mejor colegio del París. Su belleza era radiante. Su aspecto de lolita era capaz de conquistar a cualquier hombre sobre la faz de la tierra. Rubia, ojos azules, y un cuerpo perfecto. Alta, con unas piernas largas y sumamente torneadas gracias al tenis. Su busto era notable, y su trasero bastante respingado. Elegante, refinada, culta, en fin, bastante perfecta para ser mi prima.
    
    Yo, el primo recién llegado de Buenos Aires, astuto y muy trabajador, pero un poco ...
    ... ajeno al estrato social en que el se desenvolvía esta respetada familia.
    
    - Pásale. Me pidió que te dijera sobre su inesperado viaje, no alcanzó a llamarte. Te dejó los documentos que le pediste sobre su escritorio, así es que tienes trabajo. Los mayordomos vendrán hasta pasado mañana, mi madre fue a Barcelona y por ello también te pide mi Padre que te quedes aquí un par de días. Aunque se cuidarme sola, su sobreprotección les impide darme tal libertad. Tú los conoces.
    
    En fin, practicaré un poco de tenis. Te veré en un rato.
    
    Después de una hora, finalmente terminé con mi labor, y me dirigí a la sala, donde yacía acostada, aparentemente dormida. Por más que intentaba mantener el pudor, al ver sus piernas hermosas piernas tendidas sobre el sofá, y sus pies al descubierto, los cuales flotaban sobre la orilla del sofá, perdía la calma y me era difícil apartar la mirada. Al ver aquellos pies tan a mi alcance, y al estar ella dormida, tuve el atrevimiento y la tentación de olerlos. Era mi única oportunidad. Lo deseaba como loco. Me puse justo a lado de ellos, y me agaché supuestamente para abrocharme las cintas de los zapatos, y allí, frente a mi se encontraban sus hermosos pies húmedos de sudor, emanando el exquisito y peculiar aroma que sólo puede provenir de una mujer aseada, joven y saludable. Nunca antes un olor me había excitado tanto. Hubiera deseado que el tiempo se detuviese.
    
    Los tenía a tan sólo unos centímetros de mi rostro, y podía contemplar con exactitud ...
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