Viaje complicado - Relatos Eróticos

Viaje complicado

Nunca se me bajó la erección, así que me trepé al bus completo con mi pene en su versión mayor. Como se imaginan estaba bien lleno. Era tanta la indignación que llevaba que ni siquiera me di cuenta detrás de quien me estaba ubicando en el pasillo. Debía ser una abogada por su tailleur azul con falda corta, portafolios, peinado recogido y tacos altos. A las dos cuadras me tanteó, sacó el culito para atrás y se encontró con mi bulto. Le encantó. De modo que se dedicó a gozarlo todo el viaje. Si lo tenía duro, ahora explotaba. Era muy difícil aguantar a ese culo perfecto, con tanga insertada en el centro, frotándose contra mi bragueta. En un momento siento una mano que me baja el cierre. Ella quería paladear carne dura sin intermediarios. Agarró mi pene y lo llevó diestramente debajo de su corta falda. Al sentir su piel no aguanté más... me corrí. Una buena descarga lechera quedó sobre sus nalgas que andá a saber si su faldita llegó a tapar. Con la bragueta aún abierta y aprovechando la parada, bajé del bus, necesitaba caminar al fresco antes de encerrarme en la oficina.