1. El bikini amarillo


    Fecha: 15/11/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... instinto buscaba darle guerra?
    
    Tiempo cumplido: paso a otra sala de masaje. Delicioso, mágico, ambrosía, una hora como un regalo para disfrutar de los sentidos y de la cercanía de ese hombre que la excitaba tanto.
    
    Según la cultura oriental, el Yin es el principio femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad, la absorción. Y el Yang el principio masculino, el cielo, la luz, la actividad y la penetración. En ese momento Lorena imaginó que era el Yin y Ginés el Yang
    
    ¿Pero qué locura es esa? Sólo sería un momento de coincidencia y disfrute, nada de unirse y complementarse ni de hacer lo divisible un todo.
    
    Acaban la sesión con bombones y dos copas de cava. ¿Acaba o comienza? Ella deseaba más, buscaba prolongar el placer que sentía con la proximidad a solas de semejante espécimen.
    
    Acuerdan esperarse en el hall del Spa para subir cada uno a su habitación ...o no.
    
    Ginés marca el 8 haciendo oídos sordos a las indicaciones de Lorena, que pidió el 3 con voz suave. Él la sujeta de la mano y la lleva a su habitación. Ella musitó excusas débiles sin oponer resistencia física al tironeo que ejercía el hombre. Ginés le quita la bata y huele la piel femenina cubierta con el bikini amarillo que resaltaba sus líneas. La besa con delicadeza y le acaricia suavemente los hombros. Le suelta el cabello que tenía recogido en una coleta. Los pezones de Lorena responden a la llamada salvaje. La besa por segunda vez y ella corresponde ansiosa a su boca. Lenguas y labios en un duelo ...
    ... por dilucidar quién mandaba.
    
    Manda él: siempre manda el puto amo y pobre de la que olvide eso.
    
    -¿Qué quieres? - Pregunta el macho alfa haciendo gala de una fenomenal erección que invitaba al pecar a la más santa.
    
    -Quiero probar tu descomunal polla. Quiero que me chupes los pechos, que me golpees, mientras taladras mi coño. Quiero que tires del pelo mientras me pones a cuatro y quiero que me trates como a tu putita. Eso mismo quiero, disfrutar como la haces disfrutar a ella. Como las actrices porno que piden que las golpeen y follen más. Quiero que me digas que te gusta mi vagina, que te gusta como te doy placer. Quiero que tu sexo oral me haga aflojar las piernas. Quiero que me folles en el sofá, en la ducha, de pie y tumbada. Quiero hacerte girar los ojos de goce con mi boca. Quiero que me des el mejor polvo de mi vida. Quiero que me hagas tuya y dejes tu leche en todos mis agujeros, que tus manos enormes me modelen el cuerpo y cabalgarte una vez al mes.
    
    Fue una clase de sexo puro y duro. Todo lo que pudo imaginar la joven como supremo potenciado por cien en sus carnes. Una hora de descontrol y represión contenida. Sexo y más sexo hasta el límite del desfallecimiento.
    
    Ella busca la ducha para resucitar, había pasado la hora sin consciencia y cuando sale busca con un abrazo el cuerpo erguido del hombre que obró en realidad sus fantasías más sucias y retorcidas.
    
    Él le quita las manos de encima, se dirige hacia la puerta, la abre y le dice:
    
    -Ya puedes irte. 
«12»