1. Extorsión a una mujer casada (Parte 04)


    Fecha: 05/11/2019, Categorías: Masturbación Autor: Stoner, Fuente: CuentoRelatos

    Luís, el marido de Victoria, se hallaba en su hogar por esos días, lo que nos impedía a Héctor y a mí continuar con los calientes encuentros privados con su esposa. Obviamente tal situación no nos causaba ninguna gracia.
    
    Un día, en la escuela, Pablo nos invitó a almorzar a su casa el domingo a mediodía. Por supuesto, con sus padres. La idea no me entusiasmo en absoluto, pero Héctor me convenció de que podía valer la pena. Entonces allí fuimos.
    
    El día en cuestión, nos recibió don Luis, el cornudo.
    
    —Pablo está en su habitación –nos avisó.
    
    —Voy a saludar a Victoria —pidió Héctor con su mejor cara de tonto. Luis le indicó que su esposa estaba en la cocina. Fui discretamente tras él. La mamá de Pablo se hallaba cocinando frente a la mesada. Llevaba puesta una remera musculosa color verde agua y una pollera azul cuya falda le llegaba hasta la rodilla. Estaba envuelta en un delantal de cocina.
    
    —Ho-hola, Héctor –balbuceó temerosamente la señora, al verlo.
    
    Héctor, observándola fijamente, le plantó un beso en la boca al tiempo que deslizaba su mano hacia atrás apretándole su gordo culo. Victoria dio un respingo y se mordió los labios. Mi amigo se apartó y la mami quedó frente a mí. Me dije que no iba ser menos, así que mientras le comía su boca trémula, levante una mano y le froté sus gordas tetas. Victoria hizo un notorio esfuerzo por no reaccionar ante nuestros desvergonzados manoseos.
    
    Minutos después, nos hallábamos todos sentados a la mesa almorzando; ...
    ... entonces don Luis nos dijo:
    
    —Les agradezco que le hagan compañía a Pablo acá en su casa, y a Victoria. Ustedes saben que mi trabajo me obliga a ausentarme por varios días y es bueno que ellos no se sientan solos.
    
    —No hay problema, Don Luis –Respondió Héctor– su mujer nos atiende muy bien…
    
    —Si –agregué– ella es muy amable con nosotros.
    
    Observé de reojo a Victoria justo para ver como agachaba, sonrojada, su cabeza.
    
    —¿Qué tal se portan los chicos, Vicky? –quiso saber el padre de Pablo.
    
    Victoria levantó su cabeza haciendo un esfuerzo por aparentar normalidad y respondió con una falsa sonrisa:
    
    —Se portan muy bien, Luis. Los dos. Son muy atentos…
    
    Luego de los postres, don Luis dijo que saldría a la vereda a lavar su auto y su hijo Pablo eligió quedarse en el comedor a ver un partido de futbol. Victoria dijo que subiría a descansar a su habitación, ubicada en el piso superior de la casa, cuya ventana daba a la calle. Con Héctor dijimos que nos gustaría jugar a la PS, en la habitación de Pablo, ubicada también en el piso superior.
    
    Hacia allí fuimos, y mientras jugábamos nos cuidamos de dejar la puerta parcialmente abierta pues Victoria, para llegar a su habitación, debía pasar obligadamente frente al cuarto en el que estábamos.
    
    Minutos después, luego de terminar con sus quehaceres, Victoria subió las escaleras y pasó frente a nuestra puerta, rumbo a su cuarto, sin detenerse. Esperamos cinco minutos y luego nos dirigimos a su habitación y al tratar de entrar, ...
«123»