1. Mudanza


    Fecha: 01/11/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Sinuhe, Fuente: CuentoRelatos

    No habían pasado muchas semanas desde que me mudé a este edificio. Lo hice porque el barrio parecía algo bohemio, pero tranquilo en el fondo. Luego de un gran cambio de perspectivas de vida, necesitaba un espacio de descanso, de tranquilidad. Algo así como la posibilidad de releer asuntos personales y enfrentar una nueva etapa de mi vida. Mi departamento lo había decorado yo misma. Espacios amplios, pero me gustaba el calor y la acogida que propiciaba la madera. Una textura natural, un color combinable con mis cosas y, por, sobre todo, la posibilidad de sentirme en un reducto propio en medio de una ciudad taladrada de artificiales túneles con gente que vivía como topos con la vista recorriendo el piso.
    
    El día viernes fue cuando ocurrió. Ya había pasado la hora de calor más intenso y como era febrero parecía que la gente no se movía de sus puestos de descanso. Era, sin duda, uno de los momentos más relajados y distendidos en varios meses. Sentí los primeros ruidos, pero no me preocupé. Pero cuando escuché voces pensé que algo nuevo estaba por pasar. Eran voces de personas dando órdenes y dirigiendo un movimiento de objetos de grandes dimensiones. Se sentían unas cinco o seis personas trajinando de allá para acá. Decidí salir a explorar, pero para no ser obvia, decidí salir de compras menores. Alguna chuchería por el barrio para poder entender qué pasaba en mi edificio.
    
    Caminé bastante dando algo de tiempo para ver si la situación se tranquilizaba en mi sector. Quería ...
    ... tranquilidad, pero había algo en mis entrañas que me dejó inquieta, quería indagar más sobre lo nuevo. Por esa razón, volví con una sensación de apresuramiento interior. Al llegar, el camión de mudanzas ya no estaba y supuse que todo volvería a la calma. Al subir la escalera, me percaté que no era así. Había muchas cosas sobre los descansos de las escaleras; cajas, macetas, muebles, espejos. Hasta donde pude apreciar, todo de buen gusto.
    
    Al inspeccionar más detenidamente mis nuevos vecinos, comprobé que se trataba de una pareja de unos treinta y cinco años. Se les veía felices por llegar a su nuevo hogar y decidí visitarlos más tarde para invitarlos a tomar algo a mi casa; había que recibir con los brazos abiertos a los nuevos vecinos.
    
    Cuando encontré que era una hora prudente y ya que no se sentía demasiado movimiento, me decidí ir a invitarlos.
    
    Claro que, antes de partir, me vestí de modo que me viera confiable, bella, distinguida. No quería nada muy sexy, puesto que no quería perturbar el ambiente entre ellos, pero tampoco algo muy sport, puesto que no era mi estilo. Decidí ponerme un vestido. Una tela liviana, de caída graciosa. Dejaba ver hasta mis piernas por sobre las rodillas, nada muy provocativo. Un escote normal, pero que al ser cruzado contorneaba bien mi figura y mis atributos. Para dar un toque especial agregué un pañuelo de seda italiana de colores vivos y unos zapatos sin tacón para evitar todo aire demasiado sofisticado. Un poco de perfume, algo floral, ...
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