1. Las aventuras de Luna. Parte 2 “Mi primera vez: El enfermero”


    Fecha: 28/10/2019, Categorías: Transexuales Autor: luna.travesti, Fuente: SexoSinTabues

    ... excitada y porque pues, ¡era una nena! Trataba de olvida que tenía pene y me imaginaba tener una vagina. Cuando estaba lista, cuando estaba a gusto con mi atuendo y me veía lo más sexy posible, me conectaba con la computadora a chatear con chicos y amigas travestis, a veces ponía mi cámara para que me vieran y me dijeran como me veía, me prendía todo lo que me decían, que era toda una chica, que me veía sensual, que tenía cara de niña golosa y traviesa, que me movía como toda una puta cuando les bailaba; cada palabra me ponía a mí y me tomaba fotos así y las subía a mi perfil y a foros de contactos travestis, ahí tuve muchísimos pretendientes y me encantaba que les parecía linda y que me deseaban, que les parecía una verdadera mujer, lo que yo veía en el espejo, me sentía realizada; terminaba leyendo relatos eróticos, otras veces videos de travestis, pero los relatos me gustaban más ya que me sentía identificada con las historias y me hacían imaginar tener una rica verga dentro de mí. Cuando más caliente estaba me subía al cuarto y me empezaba a quitar la ropa hasta quedar en ropa interior, ponía un espejo frente a mí y me abría de piernas, movía la tanga para mostrar mi hoyito y verme, examinarme, acariciarme, me untaba crema en mis dedos y empezaba a acariciar mi anito, todo cerradito, giraba mis dedos como un espiral hasta llegar a la entrada de mi culito y meter un dedito poco a poco, disfrutando cada segundo, gimiendo como una niña, exageradamente, casi gritando y ...
    ... disfrutándolo completamente, cuando ya no aguantaba más me sacaba mi pene que como resorte rebotaba en mi vientre y que crecía hasta llegar los 15 cm, y me empezaba a masturbar mientras me dedeaba cada vez más rápido; no pasaba mucho tiempo y explotaban chorros en mi cuerpo, y me encantaba embarrarme todo mi semen en mi pecho y cara, luego de descansar unos segundos, me miraba con mi respiración agitada, llena de sudor y semen mi cuerpo brillaba y sonreía de lo rico que había sentido, miraba mi pene como se encogía a su diminuto tamaño y me sentía toda una zorra, me daba nalgadas como premio; cuando terminaba de admirarme me metía a bañar para luego salir a limpiar y guardar todo, revisando que no quedara ninguna evidencia de lo sucedido. Una de esas veces que estaba vestida frente a la compu, un chico me contactó, me sorprendió que era joven y vivía cerca de mi casa, cosa rara ya que la mayoría son señores o los que me llamaban la atención vivían lejos, este chico que no recuerdo su nombre me empezó a hacer una plática interesante, era enfermero en el turno nocturno y casi siempre platicábamos mientras trabajaba, me envío fotos y no se me hizo feo, me trataba muy lindo, de una forma como de coquetería que me seducía y realmente lo logró, le dio vuelta a todos mis peros y quedamos de vernos en un crucero, yo iría vestido de chico y el pasaría por mí en una camioneta, pero por vergüenza de que vean a dos chicos entrar a un motel me escondería en la parte de atrás, y llegó el día, no ...