1. Nautic


    Fecha: 26/10/2019, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Somos una pareja muy normal, tanto mi esposa como yo, tenemos, lo que se denomina, una vida sexual convencional, hacemos el amor dos veces por semana, practicando todo lo que una pareja puede hacer, sin ningún reparo ni tabú, pero eso sí, en nuestra intimidad. Cuando estamos de vacaciones, nuestra actividad sexual se multiplica, hacemos el amor, por lo menos una vez al día.
    
    Nuestra principal afición es navegar, y este verano decidimos alquilar un velero, y dar una vuelta por el Mediterráneo, tal como ya hicimos otras veces, junto a Juan y su esposa, pero este año la situación era distinta, ya que se habían separado. Pero Juan no quiso perderse la cita anual, y aunque solo, decidió acompañarnos. El velero que alquilamos disponía de dos camarotes, uno ocupamos nosotros, y el otro era para Juan. Al entrar en el barco, recordé que otros años, oíamos como ellos hacían el amor, y mucho más nos oían a nosotros, ya que mi esposa tiene orgasmos múltiples y chilla muy fuerte. Esto había sido tema de conversación entre los cuatro muchas veces, y nos provocaba gratos momentos.
    
    El primer día de viaje, todo fue muy normal, mi esposa se pasaba el día tomando el sol en cubierta, y Juan y yo, nos dedicábamos a los temas de navegación. La primera noche hicimos el amor, y cuando ella alcanzó su primer orgasmo, los gritos invadieron la embarcación, cosa que se repitió en el segundo y tercero. Al día siguiente, Juan le dijo por la mañana a Nuria lo siguiente. "Ayer os lo pasasteis tres ...
    ... veces bien", a lo que ella respondió con una sonrisa, ya que para estos temas siempre a sido algo cortada. Estas escenas se repitieron cada día, hasta que una mañana, en el desayuno, Juan nos dijo medio en broma, que o bajábamos el volumen, o tendría que entrar y participar. Todos nos pusimos a reír.
    
    Por la noche, en la habitación, Nuria me dijo que el comentario de Juan, tenía que tener un fondo de razón, ya que mientras follábamos como locos, él no tenía ninguna mujer, y seguramente tenía que masturbarse a nuestra salud. Aquella noche, no hicimos el amor, y creo que el motivo fue la preocupación por Juan.
    
    Al día siguiente lo vimos preocupado, y nos comentó que sentía mucho que lo que había dicho el día anterior había provocado que no follásemos aquella noche. Los dos lo intentamos calmar, pero la conversación se hizo más franca que nunca, nos comentó que estaba muy a gusto con nosotros, pero que encontraba a faltar un desfogue sexual. Mi mujer, ella siempre muy dispuesta a ayudar en todo, le preguntó a bocajarro, si había probado la masturbación, a lo que también muy sinceramente, le dijo que lo hacía cada noche al oírnos, pero le faltaba una mujer. Entonces, mi mujer me miró, y le dijo: " Mira, yo no quiero hacer el amor con nadie más que con mi marido, y jamás lo he hecho con otro, pero si los dos queréis, puedo ayudarte en la masturbación".
    
    Me extrañó su comentario, pero no me importó en absoluto, al fin y al cabo, Juan era un viejo amigo, y si la mano de mi mujer ...
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