LA ESPERA - Relatos Eróticos

LA ESPERA

Ya ha transcurrido un tiempo después de aquella aventura nocturna en su oficina. Sus días se hacen eternos anhelando el final de la jornada para quedarse sola en su oficina, esperando que algo pase… Sin embargo nada sucede… De alguna manera extraña a aquel misterioso personaje y de alguna manera ella sabe que él la observa. Cris cree conocerlo. Quiere darle una señal pero teme equivocarse. Los días pasan y la sensación de vacío se apodera de ella. Sus noches de soledad se tornan frías. Duerme poco, sueña despierta deseando intensamente que aparezca de la nada y se abalance sobre ella…

Un día más. Han pasado varios días y la calma ha vuelto a su mente con más resignación que otra cosa. Llega el viernes y como siempre, sale mucho después que sus compañeros. Al ver la hora en reloj Q&Q parte presurosa a su apartamento con ganas de darse un buen baño y descansar plácidamente en su cama. Sin embargo, ignora lo que la noche le depara. Son casi las 10 cuando ingresa a su apartamento, encendiendo una sola luz, dejando caer sus expedientes al piso y desvistiéndose rumbo al baño. Tras de sí yace su ropa en el pasillo excepto su ropa interior la cual lleva puesta cuando entra al baño cerrando la puerta. Fueron unos largos minutos de relajación bajo la ducha. Fresca y renovada se envuelve en su toalla para dirigirse a su cuarto, pero cuando abrió la puerta su corazón se detuvo al ver frente a ella la figura de su verdugo. Fue un instante de pánico y de angustia sin reacción alguna, ...

... tal como la primera vez. Fue su primer encuentro frente a frente… Sabía que era él… El, quien la miraba fijamente a los ojos, se abalanzó sobre ella besándola en la boca. Ella, abrumada por el momento sólo se atiene al destino que con ansias anhelaba y que su verdugo venía a cumplir… desvistiéndola ferozmente, tomándola con fuerza entre sus brazos arrojándola a su cama… al lecho donde sería sometida…

Cris, tendida en su lecho totalmente desnuda, pensó por un instante en lo que estaba pasando; a su mente llegaron esos recuerdos de aquel primer encuentro, tan apasionado y tan intenso que quería volver vivirlo. Se deshizo de sus prejuicios y de sus miedos para dejarse llevar por el momento, dominada por una vorágine de sentimientos encontrados y caprichosos y cerrando sus ojos abrió impúdicamente sus piernas con tantas ansias y tanto deseo sólo para volver a sentir que estaba viviendo un hermoso sueño… Su verdugo no la hizo esperar… Ella con sus piernas abiertas ofreciéndole su sexo y él con sus labios y su lengua ofreciéndole sus besos, recorriendo milímetro a milímetro todo su cuerpo…

Tenía su mente en blanco, no había pensamientos, sólo emociones, exquisitas sensaciones que la recorrían totalmente… Entre sus piernas recogidas y totalmente abiertas yacía la cabeza de su amante aprisionada hacia su sexo con la ayuda de las manos de Cris, asegurándose de que él no dejara de besarla, que sus labios y su lengua siguieran allí y mientras más sensaciones experimentaba más abría ...