1. Helena y la esposa del contador


    Fecha: 19/10/2019, Categorías: Anal Sexo con Maduras Lesbianas Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Helena y la esposa del contadorHelena lucía de manera increíble durante esa noche en la fiesta de Fin de Año. Iba del brazo de Jorge, pero todos los hombres presentes la desnudaban con la mirada. Se había decidido por un vestido negro corto, casi hasta la rodilla, con un espectacular tajo en un costado por donde se asomaban sus increíbles piernas, bien torneadas gracias a unas sandalias de taco alto. Un escote en la espalda hasta el nacimiento de la cola daba el toque final que atraía todas las miradas, incluyendo las de otras esposas que querían asesinarla frente a la embobada expresión de sus maridos.Víctor me susurró en broma. “cuándo vas a dejar que me acerque un poco a tu amiga??”. Ni se me ocurrió decirle que ella más de una vez me había propuesto un trío incluyéndolo a él. Nos acercamos a saludarnos y casi enseguida nuestros apuestos mariditos se mezclaron con gente desconocida a discutir sobre negocios y política.La reunión era en la misma mansión enorme donde nuestro jefe se había cogido a Helena, como condición para otorgarnos a ambas un aumento de sueldo.A nosotras se nos cruzó la esposa del contador, esa veterana morocha interesante a la cual le teníamos ganas, pero nos daba la impresión de que no nos llevaría demasiado el apunte. Se la veía demasiado heterosexual nomás. Sin embargo Helenita no iba a darse por vencida tan fácilmente. Le tenía muchas ganas y la idea de tener sexo con ella ya se le había metido bien adentro de la cabeza.Mientras tanto la fiesta ...
    ... se iba poniendo un poco aburrida, a pesar de las actuaciones de grupos musicales y del baile general. En un momento apareció junto a nosotras la esposa del contador y se acercó al oído de Helena, pidiéndole que la acompañáramos. Toda una sorpresa y un misterio a la vez… sentía que mi concha empezaba a titilar.Cecilia, que así se llama esta hermosa mujer, nos hizo atravesar el salón principal mientras la seguíamos y disfrutábamos desde atrás el contoneo de sus redondas y suaves caderas, enfundadas en un vestido de satén que le quedaba espectacular.Subimos al primer piso y seguimos a Cecilia hasta una habitación que me resultaba conocida: tenía en la mente la imagen de Helena boca abajo enculada por nuestro jefe en ese mismo lugar. Adentro estaba esperándonos su marido, muy cómodamente sentado en el mismo sillón donde habíamos estado con el Licenciado Ferro.Nos miró de arriba abajo diciendo: “Señoras mías, voy directamente al punto, esperando no ofenderlas ni m*****arlas. Mi esposa Cecilia y yo practicamos el intercambio de parejas y ella cree que ustedes han cultivado algo mucho más íntimo que una simple amistad de oficina, por lo tanto, si nos permiten, nos encantaría compartir con ustedes esa amistad.Helena suspiró encantada ante la perspectiva de poder gozar del cuerpo de Cecilia, pero entonces miró seriamente al hombre diciéndole: “el único problema es que a ambas nos agrada mucho su esposa, pero Ana solamente tiene sexo con su esposo o con otras mujeres. Eso lo excluye a ...
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