1. El lunes pasado (Continuación)


    Fecha: 16/10/2019, Categorías: Incesto Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    -¿Por qué no le dices a tu padre, que te quedas a pasar la noche?
    
    - ¿Quieres que me quede?
    
    - ¡Por supuesto!
    
    Dejé caer las manos, y agarrándole por las ingles, aumenté el ritmo y la fuerza de mis envites.
    
    -¡Agh!… ¡Agh!... ¡que me corro!… ¡buhhh!… ¡uff!
    
    Quique acababa de correrse, aunque yo seguí pegándole zambombazos.
    
    Después de correrme, yo también, le abracé y esperé hasta que terminé de vaciarme; y luego, me lo llevé hasta el sofá; y nos dejamos caer sobre él. No pude evitar volver a acariciarle.
    
    - ¡Me gustas mucho!, nene. Lo sabes, ¿verdad?
    
    Acurrucado junto a mí, me miraba y se dejaba hacer…
    
    - ¡Oye, Quique! Podemos follar toda la noche…
    
    ... ¿si quieres?, claro!
    
    Levantó la mirada; y me clavó los ojos.
    
    - ¡No tienes huevos!
    
    - ¡Ah!, ¿no? De momento, ¡vamos a ducharnos!, ¿vale?
    
    - ¿Y?
    
    - ¡Nos vamos a cenar!, que tengo hambre.
    
    Todavía no eran las 21:30; así que, pasamos por el autoservicio de la esquina y pillamos unas cervezas.
    
    - ¿Nos hacemos un chino?, o ¿llamamos a un Pizza Hut?
    
    - Prefiero un chino.
    
    - Entonces, vamos a dejar las cervezas en casa. Y luego, vamos a la Estación, que esos se lo curran de puta madre, ¿vale?
    
    - ¡OK!
    
    Pero, después de dejar las cervezas; y ya abajo, en el portal, nos encontramos con mi vecino...
    
    - ¡Coño, Lucas!, ¿tan pronto en casa?
    
    - ¡Si!, pero solo he venido a cambiarme. Esta noche, se quedan mi cuñada y mi sobrino.
    
    Le miré sin entender bien de que me hablaba; y levanté las ...
    ... cejas...
    
    - Es que, hemos tenido que hospitalizar a mi mujer.
    
    - ¿A tu mujer?
    
    - ¡Si!… esta mañana.
    
    - Y, ¿eso?
    
    - Pues, que se ha roto la cadera.
    
    - ¡Vaya! ¡Joder!, cuanto lo siento, ¡de verdad!
    
    - ¿Es tu nieto?
    
    - ¡No! Es el hijo de un compañero de trabajo, que ha venido a echarle un vistazo a mi colección de discos, para un trabajo que tiene que hacer para la universidad. ¡Ya sabes!…
    
    - ¡Hola!, ¡encantado!; y le ofreció la mano a Quique.
    
    - ¡Mucho gusto!
    
    - ¡Bueno! Pues, nosotros vamos a la Estación, que a este se le ha antojado cenar en el chino.
    
    - ¡Ah!, pues…
    
    … ¡ahora, nos vemos! Justamente, estaba pensando en ir para allá. Me gusta la comida china, ¿sabes?
    
    - ¿Te esperamos, entonces?
    
    - ¡Si no os importa!
    
    - ¡No!, no funciona; le dije a Lucas, cuando vi que pulsaba insistentemente sobre el número 3 de la botonadura del ascensor.
    
    - ¡joder!, que mala leche, ¡coño! Con las pocas ganas que tengo de subir escaleras.
    
    Y, me di cuenta de lo que acababa de decirle a Lucas.
    
    - ¿Has oído lo que le he dicho a Lucas, Quique?
    
    Me miró, y se quedó un rato pensativo.
    
    - ¡Andá!…
    
    ... pues ¡es verdad! Es perfecto.
    
    Y, enseguida, sacó el móvil del bolsillo.
    
    - ¿Papá?…
    
    … ¡oye!, que me quedó a pasar la noche con Pepillo...
    
    Al llegar, nos colocamos en una de las mesas del fondo, junto a la cristalera; y esperamos a que llegara Lucas. Y cuando uno de los camareros se acercó a atendernos...
    
    - ¿Lo de siempre?
    
    - ¡No!, yo quiero una sopa ...
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