1. Marcela y su amiguita Teté


    Fecha: 15/10/2019, Categorías: Bisexuales Autor: Marko Arias, Fuente: CuentoRelatos

    ... les sobaba las nalguitas, más las paraban y cuando les sobaba el chochito se remolineaban buscando mi dedo para que entrara más profundo.
    
    Así estuvimos unos 20 minutos hasta que las puse a hacerse un 69 para que se probaran sus cositas, ni tardadas ni perezosas, se comenzaron a hacer un cunnilingus, muy rico, mientras yo las mamaba desde atrás, y les metía un dedo o dos dependiendo del momento, luego una de ella quiso que yo entrara en el juego y quiso Marce que me la mamara Teté, esta no se hizo esperar y me la chupó con todas sus ganas, luego Teté quiso que me cogiera a Marce para ver cómo se movía esta y como se vería ensartada.. Y esto lo dijo con mucho énfasis, y noté que esa era su fantasía, pues al parecer aún era “quinto” Teté.
    
    Cuando vio que me la cogí, se dedeaba muy rico y resoplaba pidiendo que Marce se la mamara y así lo hicimos, acomodé a Marce para que Teté se le subiera, y con su chochito rasurado se le acomodó en su cara y comenzaron a coger y a mamar, luego Teté pidió lo suyo, pero no por la vagina porque según ella, esa solo era de su amiguita, si no que quiso que la sodomizara, nos quedamos sorprendidos, pero no estábamos para hacer preguntas así que le ...
    ... dije a Marce que me trajera el tarro de la crema y procedimos entre los dos a estimularle los esfínteres, hasta que creí que era suficiente, puse a Marce a que se la mamara desde abajo mientras yo la penetraba.
    
    Eso calentó tanto a las dos que no nada más me culié a Teté si no que Marce no se quiso quedar sin esa experiencia y quiso que la "cogiera por el chiquito" según sus palabras.
    
    Cuando las culié solo decían “ay que rico sabe ser chiquitiada, mámame más mi amor mientras me ensartan el culito, ay Profe que rico es mamar panocha, y coger al mismo tiempo, ya mamy, ya papi, denme más, que rico, que sabroso sabe, así, si, por favor, que lindo se siente, que rico mmm.” Terminamos exhaustos, y muy amorosos las unas para conmigo y yo para con las dos.
    
    Me prometieron regresar cada vez que yo quisiera, y les dije que si no podían practicar en sus casas o desconfiaban de los hoteles que cuando quisieran o planearan su relación, con confianza les prestaba mi depa, y que si no querían invitarme a su “fiesta privada” que lo entendería. Y es que, así teniéndolas entretenidas, podía visitar a doña Susy y conocer más de cerca a la otra hermana que me gustaría saber de qué pie cojeaba. 
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