1. Dudas existenciales: Nora se adentra en una nueva aventura


    Fecha: 08/09/2017, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Tothem, Fuente: CuentoRelatos

    Me acuerdo cuando estaba en el bar pensaba en la novia, lo mal que le sentaba el vestido, ella es muy poca cosa, aunque tampoco ese traje hubiera sentado bien a nadie. El novio con ese traje que le sentaba como el culo, todo orgullo, un simple empleado municipal de mantenimiento. Por su parte mis tíos pareciera que estuvieran exultantes ante la boda de mi prima.
    
    Para mi había sido un gran engorro acudir a la fiesta, encima mi marido había puesto una excusa para no venir, como si yo no supiera que se está tirando a su secretaría, apenas 25 años, la rubita esa, cuando la vi el otro día la encontré ingenua y pusilánime. Encima hoy está el amigo de mi prima, ese que me liga una amistad hecha a la ligera y que después resultan molestas en la vida. Ha tenido el descaro de hacerme bromas y a presentarme a esa joven que le saca casi 20 años; cree que porque en tiempos pasados tuvimos unos revolcones tiene derecho a emplear un tono familiar conmigo y a cada momento se recreaba en recordar viejas anécdotas de cuando yo vivía en la comarca. Encima mi madre con esa verborrea aleccionadora.
    
    —Nora, es una lástima que Cesar y los niños no hayan venido, teníamos tantas ganas de verlos tu padre y yo, es una pena que estéis en la gran ciudad.
    
    —Mama, Cesar en el despacho tiene mucho trabajo y los niños los cuida mi suegra, además son 400 kms.
    
    —Es lo que tiene haberse casado con un abogado, pero estamos muy contentos que te vaya bien, por cierto has visto a tu antiguo amigo, está ...
    ... con una chica tan mona y tan joven, quién diría que a sus cuarenta años recién cumplidos, aunque a día de hoy os conserváis muy bien, aunque a ti te veo más delgada, esa obsesión… el vestido te sienta de maravilla.
    
    —Sí, lo he visto y me alegro por él, y no te preocupes por mi, es que voy al gimnasia, las cosas ya no son como antes mamá.
    
    —Y al menos podrías haberte quedado en casa, no sé por qué tienes que irte tan deprisa.
    
    La boda me fue insoportable, no tenía ganas de encontrarme de nuevo con la gente que había dejado en mi juventud, me excusé que tenía obligaciones y me era imposible quedarme, la verdad es que había planeado pararme a tomar algo en algún lugar y buscar donde dormir para la mañana siguiente continuar, a ver si podía centrarme y pensar un poco en mi misma.
    
    Los faros del coche iluminaban la carretera mojada, no sabía donde me encontraba, estaba algo desubicada, la tormenta arreciaba, la cortina de agua del parabrisas me estaba cansando la vista, aparque donde pude en la explanada, al fondo se veía un pequeño bloque de pisos y un local en apariencia de copas, al salir del coche pude oler a tierra mojada, la tormenta estaba amainado. Una vez dentro del local observe que estaba poco concurrido, una pareja de jugadores de dardos y poca cosa más.
    
    —Buenas noches, sabe si hay alguna habitación libre por los alrededores —pregunte al camarero.
    
    —Difícil, aquí las pocas que tenemos están todas ocupadas por operarios de la nueva obra.
    
    —¿Tienen teléfono? ...
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