1. Mi ahijada


    Fecha: 12/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Crusnik, Fuente: CuentoRelatos

    ... con mi padrino.
    
    Ángela sintió su cuerpo caliente, sus piernas flaquearon y sintió humedad manando de su entrepierna empezando a pasar su mano para aplacar la calentura
    
    Llevo mucho tiempo así: deseándolo, sufriendo por ese deseo en silencio. Por eso he decidido escribir este diario. Porque me he dado cuenta de una cosa. De que a pesar de todo. A pesar de saber que está mal, también me gusta sentirlo. Cuando lo miro y tengo fantasías con él me siento bien. Aunque después me diga a mí misma que soy una pervertida, en esos momentos soy feliz.
    
    Al oír la puerta de la cochera Ángela dejó caer el diario, lo ocultó y salió rápidamente. Cuando Valeria y su esposo entraron a la casa miró a la chica de pies a cabeza, viendo sus rasgos: su cabello largo y totalmente lacio, sus ojos grandes y expresivos a través del vidrio de unos lentes de carey, su cuerpo con algunos kilos de más, pero firme y de curvas anchas resaltando en la ropa ajustada y pequeña que vestía.
    
    No pudo negar la incomodidad de que pueda quitarle a su esposo si lo deseaba. Pero lejos de cogerle odio a la niña, sintió morbo en observar a su esposo follándola mientras ella observaba.
    
    Durante la noche cenaron fuera:
    
    - ¡Esposita!
    
    - ¡Ummmh! ¿Qué pasa, papi? –dijo Ángela saliendo de sus propios pensamientos. Solo le llamaba papi cuando estaba excitada.
    
    - Estás muy distraída, mami. ¿Pasó algo? –dijo su esposo en tono de broma, sin tomar en consideración el uso del apelativo cariñoso.
    
    - ¡no! Nada.
    
    - ...
    ... Sigues con la mirada perdida. –entonces Valeria y su esposo continuaron conversando amenamente, poniéndose al día.
    
    Por la noche, Ángela y su esposo hicieron el amor de manera totalmente salvaje y renovada. Ángela llevaba el control y hacía mayor ruido del usual. Se sentía más caliente sabiendo que Valeria los podía espiar.
    
    Valeria se puso cachonda oyendo los ruidos que salían de la habitación de su padrino. Se masturbó hasta quedarse dormida, reprimiendo el impulso de levantarse de la cama y mirar lo que hacían sus padrinos.
    
    Tuvo un sueño erótico:
    
    - Huy... que miedo, papi... ¿Es que me vas a follar?
    
    Su padrino le abrió las piernas.
    
    - ¡Abre las piernas, puta!
    
    - ¿Es que no sabes abrirlas tú?
    
    Lo volvió a intentar, pero ella volvió a hacer fuerza y a reírse. Entonces le dio otra nalgada con la mano abierta
    
    - Te he dicho que abras las piernas!
    
    - Ja ja ja ja. ¡NO!
    
    Valeria abrió las piernas, mirándolo a los ojos. Levantó un poco su tentador culito.
    
    - Ya están abiertas. ¿Y ahora qué?
    
    - ¿Es que sólo sabes mirar? - le dijo Valeria, desafiante, dirigiéndose a Ángela.
    
    - ¿Mirar? Ahora iba a saber aquella putita lo que era bueno. –dijo Ángela a su esposo.
    
    Su padrino apoyó la punta de su polla en el ojete y de un sólo empujón se la clavó hasta el fondo. El grito de su ahijada despertó a sus padrinos, quienes llegaron a su habitación corriendo. Ángela se puso un camisón, mientras que su padrino se colocó un bóxer.
    
    Valeria les dijo que se trató ...
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