1. Una visita inesperada


    Fecha: 11/10/2019, Categorías: Hetero Autor: Likntropo, Fuente: CuentoRelatos

    Sonó el timbre, yo aún con los ojos pesados, tome mi celular y mire la hora 8:30 AM, señalaba la brillosa pantalla, quien podrá ser a esta hora, me pregunté.
    
    El día pintaba mal, la mañana gris, un poco de neblina y comenzaba a llover.
    
    Me asome por la ventana, para poder ver al impertinente, que interrumpió mi sueño.
    
    Logre ver una silueta femenina, no se me hizo conocida, así que baje a la puerta para saber quién era la visita inesperada. Abrí y ahí estaba Rosa, como siempre tan sonriente.
    
    Ella era de estatura baja, tez morena, ojos café claros, cabello chino, con unas piernas hermosas, labios carnosos y sensuales, casi no tenía pecho, pero se compensaba con sus nalgas que quizá no enormes, pero bien puestas en su lugar.
    
    Enseguida le dije que se pasará, no la deje hablar, puesto que la lluvia se tornaba más fuerte. Llegamos hasta el recibidor, le retiré su chamarra, su mochila y le ofrecí un té caliente. Después de aquel ritual de bienvenida, le pregunté el motivo de su visita y porque vestía con el uniforme escolar.
    
    (Cabe aclarar, que era viernes, ese día no hubo clases pues una vez al mes en la escuela se hacían juntas, y a los alumnos nos daban el día libre).
    
    —Bueno, quería verte y sabes que mis papas no me hubieran dejado salir, así que les tuve que decir que si había clases. Y bueno, aquí estoy. —Me dijo.
    
    (La relación con ella, siempre fue de amigos, más como simple conocidos, ya que sólo nos saludábamos y despedíamos. Jamás le había puesto ...
    ... atención y, por lo tanto, no mantenía una relación muy cercana.)
    
    —¿Entonces para que soy bueno? —Pregunté.
    
    —Justamente a eso vengo, a saber, para que eres bueno.
    
    Petrificado por la respuesta, solamente se me ocurrió reír un poco nervioso, jamás la había visto de otra manera, más que una amiga.
    
    Entendiendo que esa era una clara indirecta, decidí continuar con el juego.
    
    —Claro. Y la prueba para comprobar que tan bueno soy, ¿Seria?
    
    —Pues, te seré sincera, desde el primer año me has gustado, pero nunca me atreví a decírtelo, pensé que te darías cuenta con el tiempo, aunque por lo que veo, eres un tonto, así que he decidido tomar la iniciativa.
    
    Atiné a sonreírle, me acerqué a abrazarla, aprovechando la posición en la que nos encontrábamos, me incliné para darle un beso. Ella me lo correspondió, me mordió los labios, jugamos un poco con nuestras lenguas. La tome por la cintura y la cargue, ella abrazo con sus pies mi cintura, la lleve hasta mi recámara, y suavemente la deje en mi cama.
    
    Afuera se escuchaba como se caía el cielo, el ambiente se sentía bastante frío, los vidrios estaban empañados, pero el cuarto era un mundo aparte.
    
    Nos desvestimos mutuamente, dejándonos solamente la ropa interior.
    
    —¿Hace frío no?
    
    —Bastante, por eso me alegra estar aquí con aquí.
    
    Acto seguido, la tome por la cintura, le quite el resto de su ropa interior. Seguimos con los besos, el reconocimiento de nuestros cuerpos, la bese en el cuello, después mordía sus labios, le ...
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