1. Por el momento - III (Zacarías)


    Fecha: 08/10/2019, Categorías: Hetero Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    ... nunca que no, a Jose!. Que no sabes lo que te pierdes…
    
    Ari, levantó la mirada y me clavó sus ojos verdes
    
    - ¿Tu también follas con mi tío?
    
    - ¡JAJAJAJA!
    
    La gran carcajada, que soltó Pablo, nos puso a reír como descosidos…
    
    - ¡Cabrón!…
    
    - Es maravilloso ¿verdad?, le dije a Ari.
    
    - Llevo enamorado de el, desde que apareció por mi casa
    
    Y se levantó; y le dio un beso
    
    - Ahora vete a casa tío, que ya son mas de las doce y sabes como es mi madre. Yo apareceré mañana ¿vale?
    
    - Cuida de él Jose, que es mi tesoro.
    
    Se levantó. Y se fue…
    
    - ¡Oye, Ari!, estás en tu casa ¡eh!. Así que, si quieres ponerte cómodo...
    
    - ¡Gracias, Jose!
    
    Se quitó la camiseta y yo le ofrecí unos pantalones cortos; hacía calor...
    
    - No, no hace falta Jose. Me quedo en calzoncillos, que es como a mí me gusta estar en casa. ¿Te importa?
    
    - En absoluto Ari. Así, disfrutaré, mucho mejor, de tu precioso cuerpo. ¡Jejeje!
    
    Puse la Tele y le advertí de que solo había una cama para los dos.
    
    - A no ser, que quieras pasar la noche en el sofá...
    
    - Si. ¡No te preocupes Jose!, este sofá es grande.
    
    La visión de Ari, casi desnudo; con esos calzoncillitos de algodón, superfinitos y casi transparentes, me excitó muchisimo.
    
    - ¿Te parece si vemos el nuevo episodio de “Mar de Plástico”, que estoy enganchado?
    
    - ¡Ah! Si, si. ¡Por supuesto! Es una de mis series favoritas…
    
    - ¡Perfecto!
    
    Cogí el mando de “Tivo” y le dí al “play”
    
    Me senté en el sillón de mimbre que me regaló ...
    ... mi hermana y dejé que Ari se tumbara en el sofá.
    
    Era todo un espectáculo. Tenía la impresión de tener en mi casa una verdadera obra de arte.
    
    No era, ni mucho menos, tan viril como Pablo. Pero era un ejemplar extraordinario.
    
    El capitulo terminó, y, yo, la verdad, me sentía cansado; así que me despedí de Ari y me fui a la cama
    
    Pero estaba inquieto, me alteraba saber que, al otro lado Ari continuaba viendo la tele.
    
    No duré mucho en la cama…
    
    - He puesto el aire acondicionado, pero no consigo dormirme Ari, lo siento. ¿te importa que me quede contigo un ratito mas?
    
    - ¡Que va, Jose! para nada. Yo tampoco puedo dormir.
    
    - Ana, ¿no?
    
    - No, es el calor, ¡de verdad!
    
    - ¿Quieres que te traiga otro ventilador?. Es que, en esta habitación, no sé porque el propietario no ha instalado el aire ¡coño!
    
    - No te preocupes, estoy acostumbrado…
    
    Sin darme cuenta me había quedado de pie, estático. Y miraba su cuerpo fijamente. Pero, cuando Ari se dio la vuelta y se colocó boca abajo. Reaccioné.
    
    - ¡Perdona, chaval!, es que no estoy acostumbrado.
    
    - No pasa nada Jose. Puedes mirar. ¡No te cortes!.
    
    Me senté en una esquina del sofá. Y, a pesar de mi cansancio, no pude contenerme; comencé a tocarle los pies disimuladamente. Viendo que Arí no decía nada, poco a poco, fui subiendo las manos hasta llegar a las rodillas, después le estuve acaricié las piernas durante unos minutos, pero las manos se me iban con los ojos a la entrepierna; y de las rodillas pasé a los ...