1. t) Papá sale del hospital


    Fecha: 06/10/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... arriesgarse a la reprimenda que nuestro padre no diera al vernos.
    
    Le fui quitando la camisa sin que dejara de pasar las manos por mi cuerpo y besarme el cuello, buscando que me tranquilizara y me sonrió al verme el gesto de quitarle la ropa y que respondiera a sus deseos sin protestar. Podía fijarme en su pecho marcando los pectorales y sus anchos hombros mostrando algo de hueso, las rosadas tetitas varoniles y perfectas.
    
    Me tendí para dejarle que me quitara los pantalones con lentitud mientras exploraba la piel de mi cuerpo que se le iba mostrando, los dejó sin sacarlos del todo y me volvió a abrazar para besarme las mejillas y el cuello pasando a susurrarme en el oído.
    
    -Los vamos a pasar bien, sabes que te quiero, eres tan dulce y tan fresco. -Rafa era totalmente diferente a lo de otras veces donde solo pensaba en gozarme y meterme la polla en el culo, se sentía irreal y era cierto.
    
    Comencé a mi vez a acariciarle y tocarle sus morenitas tetitas, y llenarme la mano con sus pectorales, para ir bajando y quitarle el resto de la ropa y encontrarme su pene, duro y erecto, me parecía más grande y se movía cimbreante en el aire.
    
    Lo miré con ganas de llevármelo a la boca.
    
    -Parece que te ha crecido, se ve imponente. -se lo cogió con la mano y sonreía orgulloso de verme asombrado, miraba a su polla y luego me miraba a mi feliz y contento de que lo encontrara tan viril y bien armado.
    
    Mi apetito por comerle la polla hacía que la boca se me llenara de saliva, ...
    ... deseaba volver a sentir su sabor, el calor que desprendía y alargué la mano para sujetarlo y que no se escapara.
    
    -Espera, hay tiempo para todo. -se colocó de rodillas para quitarme el slip y dejar mi pene al aire, se inclinó y le dio un beso en el glande, luego se tumbó sobre mi haciendo que nuestras vergas quedaran juntas y con la mano derecha me acariciaba el costado del cuerpo hasta llegar a las nalgas, y cogerlas con la mano apretándolas y metiendo la mano entre ellas, en el centro de la raja que formaban.
    
    -Tienes caliente el culito, es tan rico, tan precioso. -pasó un dedo por el ano y gemí, lo hice fuerte, como me salía de la garganta, sin contenerlo ni pensar que detrás de la pared nuestro padre escuchaba cualquier ruido que hiciéramos.
    
    Nos revolcamos buscando que las pieles se sintieran y nuestras vergas se rozaran.
    
    -Rafa, Rafita mío, mi hermanito gruñón, me siento tan bien a tu lado. -después de dar varias vueltas besándonos y fundiéndonos las bocas se quedó por encima, apoyando su cuerpo sobre el mío, como habíamos empezado; ahora con los codos apoyados en el colchón y los brazos pasando por debajo de los míos, enredados, pero podía con las manos seguir acariciando mi cara y mis orejas.
    
    No dejaba de moverse arqueando la espalda y dejando todo el peso sobre mi cuerpo, o enredaba las piernas con las mías, juguetón mientras me daba la lengua y nos las chupábamos.
    
    A mi vez pasaba las manos por su fuerte espalda, parándome en los lugares donde mostraba su ...
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