1. Mamá, gorda y puta (2da parte) (final)


    Fecha: 01/10/2019, Categorías: Incesto Autor: RelatosHott, Fuente: SexoSinTabues

    Una vez en la ducha, miré a mi mamá, que estaba dándome la espalda. El agua se deslizaba sobre su piel. Ella comenzó a frotarse el cuerpo. Con ambas manos, agarró sus enormes nalgas y las estiró hacia arriba para luego dejarlas caer; rebotaban como si fueran dos pelotas de básquet. Ella alzó su mirada y la posó en mí. Esbozó una sonrisa de travesura. Dio media vuelta y se me acercó. Observé la forma en la que ese gran pedazo de carne empapado se me arrimaba. Yo también me le acerqué. Me abalancé hacia ella como un animal. Nos fundimos en un apasionado abrazo. Comenzamos a comernos nuestras bocas bajo la lluvia. Anhelaba volver a saborear su saliva y su cálido aliento. Nuestras lenguas volvieron a entrelazarse. Luchaban entre sí, con fuerza, para adentrarse aún más en la boca del otro, tratando de llegar hasta las entradas de las gargantas. Como soy más alto, el tronco de mi verga estaba afirmado en el vientre de mamá; la tomé de la cintura y la aprisioné contra mi cuerpo para que pudiera sentirla aún más. No se pronunciaban palabras, estaban de más. Sólo se oía el sonido de la lluvia chocando contra el suelo de la bañera. A su vez, sentía la respiración de mamá mientras intercambiábamos saliva. Descendí mis manos hasta su culo. Le apretujé las nalgas. Mis dedos se incrustaron en esas masas de carne y grasa. Aparte mi rostro del suyo y miré hacia allí. Tenía ganas de poseer todavía más su culo; puse una mano en la raya y la introduje entre las nalgas. Mamá gimió. Empecé a ...
    ... frotar el intersticio como si le estuviera limpiando el culo. Con mis dedos, acaricié su ano con fuerza. Mi verga estaba totalmente erecta, pero aún así mi excitación aumentaba. La tomé de los brazos y, violentamente, hice que se pusiera de espaldas. Apoyé mi pene en su culo y le agarré las tetas. Realicé movimientos circulares con mi pelvis. Ella me siguió el juego; movía su cadera a la par. Miré hacia abajo y vi al tronco de mi pene perderse entre sus grasosos glúteos. Estaba decidido; así como lo estaba para masturbarme frente a ella, decidí que iba a cogérmela. Volví a girarla hacia mí y le di otro beso de lengua. Luego salimos de la ducha. Nos dirigíamos a mi dormitorio. En el trayecto, no separamos nuestros cuerpos en ningún momento; caminábamos mientras nos besábamos y manoseábamos. Yo le agarré el culo y le acariciaba las tetas; mamá hacia lo mismo con mi verga y mis huevos. Entramos a mi habitación. Me acosté en el colchón. Ella se acostó encima de mí. Sentí a esa gran mujer posarse sobre mi torso. Sentí sus tetas. Sentí su gordo vientre. Sentí todos sus rollos. Sentí esa pesada blandura. Me encontraba en el paraíso. Continuamos con el apasionado beso de madre e hijo. Las babas comenzaban a rebalsarse de nuestras bocas; teníamos el mentón y el cuello mojados. Acaricié toda su espalda hasta llegar a su culo; volví a apretárselo. Le separé las nalgas, exponiéndole el ano. Estaba preparado, iba a penetrarla. Doblé las rodillas, de modo que pude sentir su culo rozar mis ...
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