1. YO TENIA DOCE AÑOS


    Fecha: 29/09/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Yo tenía doce años, mi tía Conchita era una chica de dieciocho, mis hermanas una de dieciséis y la otra de quince… yo veía bajo la mesa del comedor las deliciosas piernas de mi tía conchita y de mi hermana mayor, pero la hermana menor era muy espantada y siempre cerraba las piernas para que no le viera los calzones. Siempre estaba caliente a pesar de mis escasos doce años. Un día llegó el momento en que desde el cuarto donde yo dormía descubrí un pequeñísimo agujero que me permitió ver cuando se desnudaban mis hermanas… que maravilla de visión. Se quitaban la ropa para entregarse al descanso… yo me masturbaba mientras veía los senos de mi hermana como se agitaban en el aire al soltarse el sostén y luego las piernas cuando se levantaban el fondo… me masturbaba mientas las veía y hubo ocasiones que me venía hasta dos veces en mi propia mano… La que me daba un espectáculo especial era la tía conchita, quien se desnudaba con mucha calma y al levantarse el fondo dejaba ver unas exquisitas piernas enfundadas en unas pantaletas a veces negras, a veces rojas, pero siempre con olancitos muy coquetos… esta muchacha se metía la mano por el frente en el resorte de la entrepierna y supongo que se tocaba porque hacía unos gestos deliciosos tocándose los desnudos senos que me estimulaban para masturbarme imaginándome que yo estaba metiéndole la mano… No podía estar en paz… yo quería coger, pero no tenia con quien… La tía conchita me dejaba verle los calzones cuando se sentaba, a veces ...
    ... se agachaba de tal modo que su corta falda se subía un poco y le veía unas magníficas piernas que me erotizaban lo suficiente para tener parada mi verga y no podía satisfacerme…. hasta que llegó un chico menor que yo llamado Goyo… mi abuela lo aceptó como parte de la familia y tendría que realizar las tareas del campo y después del rosario, el dormiría en mi habitación donde yo espiaba a mi tía y a mis hermanas, pero junto a mi cama, ya no podría agasajarme y masturbarme a la salud de las muchachas y de pronto me asaltó la idea de verle las nalgas a Goyo. pero era un varón… no era de mi gusto, hasta que por la noche después que me acostara con frustración porque no pude verlas, debido a la presencia de Goyo, esa noche empecé a masturbarme bajo las mantas y ya que no pude chaqueteármela a mi gusto porque no podía ver encueradas o casi encueradas a mis hermanas. Yo no conocía la verija de una mujer… tenía una gran curiosidad, pero solo podía verles los calzones y alguna vez que se los quitó mi hermana mayor, solo se veía algo obscuro… en eso estaba pensando inspirándome en las nalgas de mi hermana y las piernas de la tía conchita, cuando se me ocurrió asaltar la cama de Goyo que estaba junto a la mía y como dormía de ladito encogido, comencé por pegar mi verga a las gorditas nalgas de Goyo … como vi que no hacía por quitarse o molestarse, me empecé a mover y Goyito no decía ni hacía nada por cambiar de posición sino por el contrario las paraba más… mi verga estaba muy tiesa… ...
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