1. Anoche soñé contigo - Quinta parte


    Fecha: 24/09/2019, Categorías: Voyerismo Primera Vez Tabú Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    Quinta parte:Pero les fue imposible intervenir. Algo los detuvo. ¿Morbo por ver qué sucedería...? Quizás, lo cierto es que ambos chamacos atestiguaron como el padre de uno de ellos le metía su badajo de carne aChabela, la chica a quien tanto deseaban.Fernando, así como entró, salió y volvió a entrar en ella; numerosas veces. Frente a los atónitos ojos de su propio hijo, y su amigo, la bombeó fuerte y bonito, como si estuviera dándoles clases a los jóvenes pubertos de cómo debía de hacerse, de cómo se debía penetrar a una mujer, aunque él ni sabía de su presencia. Fue así que los chicos vieron a ese hombre penetrar a la musa de sus chaquetas, sin que cualquiera de ellos se animara a intervenir.Lejos de hacerle el amor a la muchacha, Fernando se apareó con ella bestialmente. La bombeó de “a perrito”; boca abajo y de costado. La escena era por demás cachonda: Un hombre maduro pero fibroso, moviendo la pelvis vigorosamente, de atrás a adelante, penetrando a aquella chamaca de fabuloso trasero. Como si en cada bombeada le inflara aún más aquellos hinchados cachetes traseros. Esas posaderas eran toda una maravilla y estaban siendo constantemente nalgueadas por su penetrador.Los muchachos tuvieron que aguardar por lo menos veinte minutos más hasta que Fernando descargara. No mucho después, se fue.Toto yQuique salieron de su escondite. Ambos se veían afectados por lo que habían visto, pero Quique era el que más. Tenía los ojos llorosos y una expresión de desconsuelo que le ...
    ... afectaba la cara.—¿Cómo pudiste? Es mi papá —reclamó el chico con voz como de niño.—Pero si fue tu papá el que me... —respondió la chica.—Pero tú te dejaste —insistió Quique en tono de pueril berrinche, y parecía que estaba a punto de romper en llanto.—Pero no pasa nada. Miren, yo sigo dispuesta a cumplirles, así que... ¿quién sigue? —dijo Chabela y se abrió de piernas, y de labios vaginales, los cuales se separó con dos dedos exponiendo así su chorreante gruta.Ver el néctar de su papá, saliendo de aquella hendidura, le provocó tales nauseas a Quique que apenas si le dio tiempo de salir del cuarto para vomitar. Sus arcadas se escuchaban mientras que Toto y Chabela se miraban en silencio. Sin hablarse, se decían mucho con la mirada.—Entonces ¿qué? —dijo al fin Chabela.La chica se giró sobre la cama, quedando apoyada en sus rodillas e inclinada. En tal postura se abrió de nuevo la caldosa vulva—¿Le vas a entrar, sí o no? —ella le retó a Toto.Éste se quedó boquiabierto.—Toto, vámonos. ¡Ya vámonos! —le dijo su amigo, limpiándose la boca.Toto volteó y miró a Quique, luego volvió a mirar el impactante cuadro que Chabela le ofrecía. Caminó hacia Quique y le cerró la puerta justo frente a su cara.—Toto. ¡Totooo! —le gritó su amigo desde fuera, con tono de infantil arrebato.Pero estaba decidido. Por primera vez en su vida Toto había tomado una decisión como hombre; es decir, una decisión que, a pesar de sus repercusiones, incluso a riesgo de perder su amistad con Quique, estaba dispuesto a ...
«12»