1. El largo camino Capitulo XIV - El colegio


    Fecha: 24/09/2019, Categorías: Gays Autor: mena55, Fuente: SexoSinTabues

    Capitulo XIV – El colegio Los dos niños fueron llevados en carruaje a la ciudad de Salamanca para empezar sus estudios. El convento de los dominicos seria su residencia, donde el rey había pedido que se le tratara de la forma más sencilla, pero sabiendo en todo momento que era el príncipe y heredero al trono. Los dos niños llegaron después de casi una semana de camino, a la puerta del convento el superior les esperaba, donde les recibió con todos los honores al príncipe y a David. Fueron llevados a sus cuartos, donde Alvaro tenía mejor dormitorio que David y además el estaba en otra parte. -Carlos- ¿Cómo dice? imposible, los dos juntos ¡imposible! -Alvaro- ¡Pues yo lo ordeno! quiero que pongan dos camas… dormiremos juntos, es un orden mía… -Carlos- Tu no das las ordenes aquí, sino yo… yo soy aquí la máxima autoridad y tu padre me ha dado órdenes… tu padre será el rey tú el príncipe, pero aquí eres como todos -Alvaro- Mire, o pone otra cama o me busco otro sitio para vivir y punto… ¡he dicho! además mi padre le da mucha suma de dinero… ¿o no? Igual ese dinero desaparece… mejor que me tengan contento o será peor para ti, tarde o temprano voy a ser el rey… -Carlos- Mira, el niño no puede dormir con el hijo del rey… -David estaba muy incómodo porque se sentía un poco desplazado y hasta humillado- el hijo del rey no puede dormir con un huérfano… -Alvaro- Mire, esa es su última palabra, pues creo que nos vamos a otro sitio… -el secretario del rey al oír todo aquello hablo- y nunca ...
    ... permitiré que hable a David de esa forma, David ha sido adoptado por mi padre y en esta vida tendrá más poder que usted… -Felipe- Padre Prior, mire, estos dos niños llevan mucho tiempo juntos y usted sabe la historia perfectamente, le ordeno que deje dormir a los niños juntos y le recuerdo, que aquí el príncipe es el heredero al trono de su padre y le recuerdo que este monasterio vive de algunas limosnas que el rey manda… -le decía el secretario del rey algo asustado por el tono del niño- y Álvaro luego tendré que decirte alguna cosita… -Carlos- ¡Esta bien, accederé! no quiero discutir, aquí el hermano Rogelio será el fraile que os ayude en todo, gracias… El Padre Carlos de mediana edad, gordo, se retiró con el secretario y demás personas que acompañaron a los niños. Con ellos se quedó Rogelio, fraile joven, de 19 años que llevaba muy poco tiempo en el convento. Les enseño el convento a los niños, la hora de los rezos a los cuales tenían obligación de asistir, y el comedor donde comerían con toda la comunidad. Al día siguiente el padre prior decidió que Rogelio les enseñara la ciudad a los chicos y que por la tarde empezarían las clases. Los niños se vistieron con ropas normales y junto con Rogelio fueron viendo la ciudad. Entraron en la catedral, en la entrada Alvaro vio a un niño muy sucio y con las ropas todas ellas rotas, se acercó hasta él, pero Rogelio se lo intento impedir. -Alvaro- ¡Déjeme! ¿no le da pena? –se acercó al niño sentado sobre un escalón- ¿cómo te llamas? ...
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