1. -silencio nos escucharan 2...


    Fecha: 22/09/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... empujó aún más y centímetro a centímetro su verga se adentraba en mí, mi ano abrazaba por completo su pene, mis rodillas se volvieron de papel cuando sin avisarme mi pequeño ano se vio invadido por completo por ese intruso tan viril y delicioso, y ya para cuando tome conciencia mi papá ya me bombeaba con singular alegría de perrito, y ahora solo sosteniéndome por la cadera con ambas manos, el ritmo de mi primo era frenético al vernos, sus ojos desbordaban deseo y lujuria… Mi papa sin dejar de penetrarme hizo que nos acostáramos en el suelo juntos, él estaba detrás de mí, y yo en una posición como un pequeño cangrejo, mi primo entendió perfecto la indirecta y se apresuró a encimarse para penetrar mi muy lubricada vagina, el ritmo era sensacional y sentir las dos vergas adentro era lo máximo, era un poco difícil la posición pero realmente en ese momento el cansancio y la incomodidad eran lo de menos, el ritmo aumentaba de velocidad y sentía que ambos tenían muchas contracciones, al igual que yo, mis piernas comenzaron a temblar y en los lapsos es que mi primo sacaba su verga comenzaron a brotar unos pequeños chorros de líquido, mis piernas no dejaban de temblar y me fundí en el más delicioso ...
    ... orgasmo que jamás haya tenido, mi papa apresuro a ponerse de pie, quede hincada frente a los dos mástiles que habían sostenido el maravilloso encuentro familiar, era hipnotizante el movimiento de las manos en sus vergas frente a mí, el mejor momento fue comenzar a sentir los chorros de leche que brotaron del pene de mi padre, seguido por el orgasmo de mi primo que fue a terminar en mis tetas y mi boca, los dos se unieron en un suspiro largo y relajado, y yo no podía creer lo que había pasado. La cara de mi papa se transformó en el hombre reservado, maduro y serio que debía volver a ser antes de llegar a la mesa –limpien y vuelvan cuanto antes- nos ordenó, mi primo y yo nos miramos y soltamos una carcajada de nerviosismo e incertidumbre, nos apresuramos a limpiarnos mutuamente, el sudor aun corría en nuestras frentes y también debía limpiar el baño de leche fraterna que había recibido. Mi primo se alisto primero y yo aún me quede sentada asimilando lo que había ocurrido. Llegue a la conclusión que fue la mejor navidad de mi historia, pero esto me dejaba más preguntas que respuestas, y más fantasías de las ya cumplidas. Ese día terminó y yo me quede húmedamente impaciente por que al fin terminara el año…. 
«1234»