1. Mi primera experiencia lésbica.


    Fecha: 05/09/2017, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    A esa edad ya me quedaba sola en la casa y siempre aprovechaba cualquier momento sola para darme placer, ahí, entre mis piernas, donde tanto me gustaba. Me encerraba en el cuarto, me bajaba los pantis a la rodilla y me acostaba boca abajo con la almohada entre las piernas. Rozaba mi rajita una y otra vez, pensando en alguna escena de alguna novela o anhelando ser mas adulta para poder satisfacer mis deseos en alguien mas. Jadeaba y me estrujaba contra la almohada hasta mojarla con mis fluidos. Cada vez el orgasmo era mas fuerte. Un día mi vecina me invitó a su casa. Una mujer madura, de unos 36 años, entera. Alta, cabello rojizo, senos enormes y caderas pronunciadas. Yo andaba en una camisa y shorts, nada especial. Me preguntó si quería ver una película con ella y acepté. Estabamos solas en su sala, trajo palomitas y se sentó junto a mi. Una película romántica. A mitad de la película las escenas van subiendo de tono y ya yo estaba imaginándome que la protagonista era yo. El la besaba, recorria sus piernas con sus manos, le comenzó a quitar la ropa. Yo podía sentir la humedad entre mis piernas por ver aquella escena frente a mi vecina y a la vez me daba un poco de vergüenza. Ella me preguntó muy natural si ya me habían besado así. Inmediatamente y algo sonrojada le dije que no. “Que?” Preguntó sorprendida. Yo a tu edad ya tenía novio. “Pues yo no” respondí. Ella detuvo la película e insistió en seguir la conversación conmigo. “O sea que nunca has sentido placer?” No sabía ...
    ... que decir, una pregunta tan personal y yo tan inocente. “Vamos, al menos ya debes masturbarte” insistió. Comó admitir eso a mi vecina? “Yo me masturbo muy seguido, no hay nada de malo en eso. Si quieres tener buen sexo cuando seas mayor es importante que conozcas tu cuerpo”. Estaba nerviosa, no sabía que decir o hacer. Me quedé fría. “Vamos que no hay nada de malo, si me dejas te puedo enseñar lo rico que se siente el placer”. Una parte de mi quería salir corriendo pero otra parte pedía a gritos que me hiciera sentir esas cosas de las que hablaba. “Vamos a hacer algo, vamos a mi cuarto y déjame mostrarte. Si no te gusta pues te vas y ya, aquí no pasó nada”. Apenas dije un tímido “está bien” y en un abrir y cerrar de ojos me tenía tendida en su cama y me decía que yo no tenía que hacer nada. Mi corazón estaba a mil, ella se sentó a mi lado y comenzó a acariciar mis muslos. “Debes tener un cuerpo muy bonito, necesito quitarte la ropa para poder hacerte sentir las cosas que quiero”. Yo seguía helada pero deseando fuertemente que me hiciera sentir placer. Me quitó la camisa, mi pecho plano quedó al descubierto y yo, por instinto tapé mis pechitos con mis manos. “Eres una niña muy bonita” me dijo. Avanzó y me bajó los shorts, yo sentía una mezcla de ansiedad, miedo y deseo que no sé explicar. “Ahora necdsito bajarte los panties. No tienes por que avergonzarte, yo también tengo una vagina como tú” Sin más me bajó los panties y yo crucé mis piernas, estaba tan sorojada. Ella con ...
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